(Foto: De la página de la organización Colectiva Feminista en Construcción)
Con una poderosa intervención, titulada scroll, dirigida por AgitArte y el colectivo de teatro Papel Machete, un nutrido grupo de personas se formó en un círculo, entonó al unísono “eh ah eh, eh ah eh” por más de 20 minutos ininterrumpidos y deslizó por las palmas de sus manos la historia de Puerto Rico.
“El colonialismo siempre ha sido racista”, leía una parte de la narrativa pintada en un rollo de papel que moldeaba, a través de sus colores, nuestras emociones. Un marrón con olor a tierra y a huelga, un azul con sabor a mar y lucha, un negro profundo como las largas noches de oscuridad que nos trajo María. Así, nuestra historia toda es violencia colonial, patriarcal, imperialista y racista; pero es también lucha, resistencia y amor.
Con esta convocatoria a repensarnos desde nuestra historia compartida, la organización política Colectiva Feminista en Construcción dio inicio a una conversación sobre feminismo negro y decolonialidad entre la licenciada Demita Frazier, una de las fundadoras del Combahee River Collective, y el profesor Nelson Maldonado-Torres. Este colectivo de mujeres negras activistas produjo un manifiesto (1977) que explica el origen del feminismo negro y sus desafíos para organizarse como movimiento, sus políticas de identidad y cómo los sistemas de opresión son transversales a las cuerpas de mujeres negras.
Frazier, posicionada desde el activismo y la militancia incansable, explicó la importancia del feminismo negro, rememoró la labor de muchas colaboradoras anónimas en el movimiento y criticó que las discusiones con respecto al tema de las interseccionalidades se limiten a la figura de Kimberlé Crenshaw. También, abordó el concepto misogynoir que aporta a la discusión sobre las cuerpas negras racializadas, criminalizadas y violentadas por el Estado y sus instituciones. Ese término, acuñado en 2010 por la feminista afroestadounidense y cuir Moya Bailey, explica la misoginia a las mujeres visiblemente negras en la cultura popular.
Frazier insistió en el imperativo de la organización político-activista si queremos construir, como nos convoca la Colectiva Feminista en Construcción, otra vida. Esta mencionó, en varias ocasiones, que llevaba años deseando una conversación así en Puerto Rico mientras denunció la situación colonial en la que vivimos y el maltrato institucional constante hacia la isla y que se hizo más evidente tras el paso del huracán María.
Por su parte, en las intervenciones de Maldonado-Torres, la catástrofe fue protagonista.
Para entender a Puerto Rico como colonia, es necesario recurrir a esa metáfora. Sin embargo, también, propuso que se continúen las revoluciones y que haya una urgencia radical para insertar la discusión política-económica-social-cultural contemporánea del país desde el contrapunteo decolonial no comodificado.
Para Maldonado-Torres, plantear un proyecto decolonial requiere el entendimiento profundo y la denuncia constante de la colonialidad. No se trata de conceptos que surgen en un vacío, sino que responden a los contextos de opresión desde los que fueron pensados. Por tanto, más que tomarlos a la ligera, debemos reflexionar sobre los legados de dicha colonialidad (del ser, del saber, del género, del poder) en nuestras vidas.
Sin duda, el espacio físico -repleto de flores, pancartas alusivas a las luchas feministas que se libran en la nación puertorriqueña y en el que resaltaba el color violeta-, la dinámica de compartir en nuestras manos la historia delpaís, la conversación entre Frazier y Maldonado-Torres y las provocadoras preguntas de la audiencia, dan cuenta de la urgencia que tenemos de construir otro Puerto Rico. El conversatorio fue una invitación a seguir pensándonos desde el feminismo negro y la decolonialidad en el contexto insular particular.
A las feministas negras y afrodescendientes, nos toca la tarea de apostar a la esperanza radical, fugitiva, activista, contestataria y liberadora para construir otra vida antipatriarcal, anticolonial y antirracista. La historia que pintará sobre papel nuestras luchas y nuestras victorias. Recordemos, como nos interpeló Demita Frazier, que entre la indignación, la urgencia y la esperanza, “somos los sueños de nuestrxs ancestrxs”. ¡Sigamos tejiendo juntxs!