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La cineasta Márel Malaret impartió un taller de escritura de guion en una institución correccional, sin imaginar que este intercambio se convertiría en su primer largometraje documental como directora.
El proyecto Todos íbamos a ser reyes recupera la voz y la humanidad de Juan Velázquez, Aníbal Santana, José Armando Torres, Luis Serrano, Emmanuel Torres, Joel García y José Delgado Dones, quienes reflexionaron sobre sus experiencias, crímenes o inocencia, arrepentimientos, largas condenas y esperanzas. Los participantes se trasladaron al pasado para narrar sus vivencias, pero, sobre todo, al momento en que su infancia se quebró.
La motivación y la transformación de los confinados son el motor del documental, que entrelaza los diferentes guiones.
“Al final de un taller de escritura de guion que impartí en una institución correccional en Guayama, para el 2012, los confinados me preguntaron si alguna vez verían alguno de sus escritos en la pantalla grande. Ese fue el inicio del proyecto desarrollado en colaboración con la profesora Edna Benítez. Nuestro objetivo fundamental era que la voz de los participantes fuera la principal fuerza motora del documental”, comentó Malaret, quien, además, es profesora de la Universidad del Sagrado Corazón.
La documentalista nutrió su proyecto con los talentos de los directores invitados Alba Gómez, David Moscoso, Álvaro Aponte Centeno y Arí Maniel Cruz, quienes trabajaron las historias en formato de cortometraje. El estreno de la pieza fílmica será el 29 de mayo en Cine Metro, en Santurce.
“Comenzamos la filmación en el Complejo Correccional de Bayamón, en Puerto Rico, donde entrevistamos a cinco de los participantes de los talleres, cada uno por separado. Las entrevistas se llevaron a cabo en uno de los edificios de la prisión que alberga entre 40 y 45 hombres. Partiendo de esto, decidimos continuar el proceso de documentación mientras los participantes realizaban sus tareas en prisión, con el propósito de contrastar las condiciones de la cárcel con la humanidad que se manifiesta al hablar”, añadió, en declaraciones escritas, Malaret, quien también aparece en los créditos, como coproductora, de la serie documental Prohibido olvidar, que emitió hace un tiempo la estación pública.
“Además de plasmar un importante proceso de rehabilitación, este proyecto le devuelve a los confinados el resultado tangible de su trabajo entrelazando documental y ficción. Todos íbamos a ser reyes es un proyecto fílmico que podría mediar un cambio de perspectiva: en lugar de tratar a confinados y a exconfinados como un cúmulo de experiencias desagradables que la sociedad ignora, rechaza y menosprecia, podríamos verlos como seres humanos con la capacidad y el derecho a cambiar”, expresó, por su parte, la productora ejecutiva y profesora Edna Benítez.