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Otras paternidades son necesarias: el cuidado humaniza y es una responsabilidad compartida

Paternidades contra el patriarcado_Todas_ Puerto Rico_Ana María Abruña Reyes

(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes)

“Yo quiero ser un lugar seguro para mi hija”, compartió Fernando Samalot Rodríguez, padre primerizo de 33 años.

Fernando y Christine acaban de recibir a su pequeña hace unas tres semanas. Ha sido una experiencia bien reveladora y gratificante para ambos, quienes se dividen las tareas y el tiempo para que puedan disfrutar de una crianza sana, responsable y justa.

“Estoy asumiendo la responsabilidad que me toca como padre, porque somos dos y nos toca a los dos. Especialmente, porque estamos tratando de derrumbar estos roles de género de la sociedad que mantienen a la mujer en el hogar y al hombre en el trabajo, que termina promoviendo esa desigualdad”, sostuvo el padre de Mar de Luz.

La crianza de los hijos ha sido relegada tradicional e injustamente a las mujeres debido al sistema patriarcal que las oprime y mantiene agotadas. 

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Para que las necesidades y tareas sean distribuidas equitativamente en un hogar, la corresponsabilidad, accesibilidad y comunicación entre padres y madres indispensables.  

La autora española Esther Vivas estableció en una entrevista para Ediciones Flamboyán sobre su libro Mamá desobediente, que “para que otra maternidad sea posible, otra paternidad es necesaria”.  

“Creo que el hombre, al asumir la responsabilidad de lo que le toca, de la crianza compartida, se aliviana para ambos.  Es una cuestión de que ambos nos beneficiamos y es un trabajo en equipo. Asumir o exigir que la mujer se tire este proyecto de vida sola es una cuestión tan deshumanizante”, enfatizó Samalot Rodríguez.

Sensibilidad que parte de la conciencia

El también fotógrafo compartió que el ser padre le ha permitido desaprender muchos roles impuestos por el patriarcado, sistema que promueve que el varón tenga un lugar privilegiado en la sociedad por encima de las mujeres.

Uno de ellos es que los hombres no deben ser sensibles ni mostrar vulnerabilidad ante sus hijos. También, la violencia es parte de la construcción machista de cómo deben comportarse los padres para mostrar mayor poder y control en el entorno familiar.

“La sensación de que la bebé está llorando, se acuesta en mi pecho y le canto. Ella se tranquiliza, y se queda dormida en mis brazos. Hay pocos sentimientos, tan hermosos y gratificantes como ese”, relató sobre la importancia de esa conexión emocional entre su hija y él.

El cuidado humaniza 

Sebastián Molano Suárez, fundador de Defying Gender Roles, argumentó que el cuidado es la rendición del patriarcado porque permite que los hombres reconecten con su humanidad. 

Abundó que a los hombres los han deshumanizado al aislarlos de ese proceso de socialización desde pequeños, en el que oprimen sus sentimientos porque ser sensibles y amorosos no sigue el mandato de la masculinidad hegemónica.

“El cuidado es la rendición del patriarcado porque el cuidado humaniza. El cuidado se debe ver como la fuerza que lleva la batuta en la vida de los hombres. Y ese es el antídoto, el antídoto para la violencia, porque es muy difícil ser violento contra lo que tú cuidas”, propuso el también asesor de Género para Oxfam América.

La llegada de su hijo comenzó con una planificación con su pareja. Molano Suárez compartió que antes de ser padre, tomó un curso en Boston, donde reside, junto a hombres que habían tenido casos de violencia intrafamiliar. “Como parte de su proceso de poder volver a ver a sus hijos, tenían que ir a ese curso”, agregó. 

Ese espacio de reflexión y acompañamiento le sirvió para revaluar los roles impuestos por el patriarcado y confrontar prácticas cotidianas que lo perpetúan. Molano aseguró que el tiempo y cuidado que comparte con su hijo le suma lecciones a su maleta de vida. 

“Mi hijo lo que ha hecho es enseñarme a mí cosas que a mí se me han olvidado, como el valor del tiempo; la capacidad de soltar las cosas y estar presente; la capacidad de jugar; de reconocer en un ser que tú ves que es pequeño, que todavía no ha aprendido a expresarse y articular en palabras lo que siente, los mismos derechos y la misma humanidad que tú esperas como adulto”, comentó Molano Suárez sobre sus experiencias con su hijo de tres años. 

Expresiones de masculinidad alternas

Su paternidad también le ha cambiado la perspectiva de la vida y de cómo se expresan las masculinidades en diversos escenarios. Asimismo, insistió que la deconstrucción de esos roles que le impusieron desde pequeño es una tarea diaria. 

“No creo que tú puedas ser un gran papá y un mal hombre. No creo que tú puedas ser amoroso y equitativo con tus hijas, hijos e hijes en casa, y en la oficina no reconozcas la igualdad de las mujeres o de otras personas en un espacio laboral”, apuntó.

¿Cómo se combate el patriarcado desde la paternidad?

Molano Suárez, quien lleva trabajando más de 13 años en países de Latinoamérica y el Caribe, aseguró que combatir la violencia y el patriarcado es un esfuerzo constante y diario. La educación en el feminismo y otras causas de justicia social le han brindado herramientas para modelar esas conductas de cuidado y corresponsabilidad para el bienestar de su hogar.

“Es un proceso de mucha reflexión, de reevaluar prácticas, de decir ‘¿por qué me comporto de esta forma, ¿por qué mis colegas se comportan de esa forma, por qué mis amigas, mi mamá, mis tías, mi esposa refuerzan estas prácticas?’. Es entender que el patriarcado es un sistema muy efectivo, que tiene unas formas de operar que son comprendidas por todos y que todos jugamos en ese campo”, explicó.

Dentro de las alternativas para gestar una paternidad diferente, recomendó que primero se debe visibilizar el tiempo que toma realizar las labores domésticas y de cuidado para después distribuirlas equitativamente. 

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Molano Suárez abundó que los padres también deben involucrarse en la planificación de las actividades como programar las citas médicas de sus hijos o planificar los cumpleaños o vacaciones. 

Además, insistió que las lecturas sobre masculinidades y feminismos lo liberan y son su fuente inagotable para su mejoramiento personal y profesional. Invitó a los padres a continuar su proceso de deconstrucción y apertura de validar y expresar sus sentimientos. Uno de los libros que recomienda es The Will to Change, de bell hooks. 

“Con el Día del Padre, yo pienso que para los hombres debe ser más un espacio de reflexión. Este no es un día para pensar en esos lugares comunes, es un espacio para decir ‘y este tipo de padre que soy; ¿es el que quiero ser?’. Y eso es es una oportunidad de reflexión crítica”,  recalcó Molano Suárez.

En su artículo ¿Qué tanto le importa el cuidado a los hombres? Reflexiones para el día del padre, Molano Suárez comparte siete acciones puntuales para cerrar las brechas del cuidado. 

Acompañamiento entre paternidades boricuas

Un proyecto colectivo que se gesta desde el archipiélago caribeño es SePARE, de la organización sin fines de lucro Caderamen, que ofrece servicios de apoyo, educación y cuidado coordinado a las familias durante el proceso prenatal y de posparto. 

Los cofacilitadores de los Encuentros de Hombres y Paternidades, Javier Morales Nazario y José Montañez Agosto, aseguraron que el poder de acompañamiento y educación que brindan sus talleres beneficia incalculablemente a las nuevas paternidades que se necesitan para combatir la desigualdad de género. 

Morales Nazario, salubrista y director programático de Caderamen, indicó que desde sus talleres con padres abordan tres conceptos claves: accesibilidad, compromiso y corresponsabilidad. Asimismo, indicó que desde la paternidad se puede modelar cómo las tareas se deben redistribuir para alcanzar la equidad. 

“Se promueve el proceso de autorreflexión y de concientización para que ellos también entiendan de dónde parten esos roles de género, de lo que se espera de uno como papá o como hombre. Desde el legado que le dejó el papá de ellos o la figura paterna, hasta cómo se puede influir en la paternidad que ejercen hoy”, detalló Montañez Agosto, trabajador social y Coordinador de Servicios a Hombres de SePARE. 

Además, insistió en que no es una cuestión de que los padres ayuden a las madres, sino que asuman el cuidado como una responsabilidad compartida. “Si hablamos de ayudar, estamos partiendo de la premisa de que le toca a la otra persona”, puntualizó.

“El simple hecho de conectarse (a los talleres) durante ocho semanas o los días que ellos se conecten, dos horas y media, ya es un proceso contestatario y que no va acorde con el patriarcado”, insistió Montañez Agosto.  

En búsqueda de una licencia de paternidad más justa 

Una de las alternativas que han discutido desde su entidad es la necesidad de adelantar los trabajos para que la licencia de paternidad sea extendida. Morales Nazario explicó que esta licencia contribuiría a reducir la brecha de desigualdad entre madres y padres. 

“También, la posibilidad de tener conversaciones que sean más ambiciosas, pero a la vez más justas. Esos períodos se pueden distribuir entre los cuidadores que estén trabajando, de manera que ellos decidan cómo también lo quieren hacer internamente, porque puede ser más práctico de alguna otra manera como compartir esa licencia”, indicó Morales Nazario, padre de tres niños, sobre la posibilidad de una licencia compartida.

En Puerto Rico, la licencia de paternidad es el derecho que tienen los padres a recibir un periodo fuera del trabajo con paga de 15 días laborables a partir del nacimiento de su hijo o hija. La ley solo reconoce a los empleados del servicio público.

Actualmente, se encuentra en el Senado el Proyecto 155, del senador independiente José Vargas Vidot, que busca enmendar la ley de Madres Obreras para reconocerle a los padres seis semanas de descanso. 

“Si papá está más involucrado, hablamos que está modelando que está ahí compartiendo, que ama a sus hijos y que puede asumir el cuidado. […] Que los hombres podamos tener experiencias que nos acerquen a la vulnerabilidad, que nos hagan reflexionar. Compartir la crianza es una escuela express de la vida”, afirmó Morales Nazario.

Ambos portavoces de SePARE coincidieron en que la licencia de paternidad debe venir acompañada de otras políticas públicas para atacar los sistemas de desigualdad que sostienen el patriarcado y la violencia de género.  

“Tenemos que visibilizar y alzar la voz sobre la importancia de los padres en asumir una paternidad responsable, y eso empieza a resonar. Empiezas a ver los cambios como algo tangible y algo crucial. Si estamos queriendo llegar a vivir con mayor equidad, tenemos que empezar a asumir los roles que nos tocan también. A medida que se vaya normalizando, vamos a llegar a donde nos toca que es un lugar de equidad, de balance, donde se reparten las tareas. Una vez que empiezas en tu hogar, comienzas a verlo reflejado en la sociedad”, recalcó Samalot Rodríguez.

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