“Mi vida es mi vida. Mi cuerpo es mi cuerpo. La calle también es mi calle, y tengo derecho a caminarla feliz, en paz, sin sentirme violentada o amenazada”.
Así de claro es el mensaje de la cantautora Lizbeth Román en el vídeo de la canción Camino sola, una versión musical distinta a la que aparece en el álbum La otra ruta: (Live at New York).
En momentos en que organizaciones y personas mantienen su reclamo de que se declare un estado de emergencia ante la situación de violencia de género en el país, la intérprete retoma esta canción para denunciar el acoso callejero que viven a diario las mujeres y representantes de minorías.
“Como cantautora, tengo la responsabilidad de hablar lo que está pasando. Estamos en un momento bien violento. Nuestras mujeres están desapareciendo y las están matando. Es importante que se articule, y se dialogue sobre nuevas posibilidades de otro proyecto de país. De un Puerto Rico que sea de todas, todos y todes. La música es una herramienta poderosa. Creo que es un camino”, reaccionó la cantante, cuyo nombre sonó aun más en los pasados días porque fue una de las teloneras del concierto de la cantautora Kany García.
“La música es una ruta desde la cual cuidarnos, hablar de nuestras inquietudes y con la que podemos sanar. Esto es una invitación a deshacerse de los prejuicios. Es una historia para empoderarse”, añadió la artista.
Como parte de su propuesta inclusiva, en el vídeo, Lizbeth Román invitó a April Carrión, quien se desempeña en el arte del transformismo. En la secuencia, Carrión enfrenta a un joven que está a unos pasos detrás de ella mientras ronda un ser místico que funge como un “ángel de la guarda”.
Ese ser es interpretado por Lizbeth, quien le da rienda suelta a su histrionismo. Se trata de una narradora que, por momentos, cuida de la mujer que camina sola por la calle. Es un ser que también habita en la ciudad, que debería ser compartida y no debería representar un sitio peligroso para nadie.
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“No solo las mujeres somos las que nos sentimos amenazadas y violentadas. Es una manera de decir que todos existimos y todos tenemos derecho a vivir en este mundo desde y cómo queramos y decidamos. Todas las maneras alternativas son válidas y hay muchas maneras de ser mujer”, expresó la egresada de la Universidad de Puerto Rico, donde estudió música y teatro.
Por su trabajo como cantante, Lizbeth Román ha vivido el acoso callejero en carne propia. Su presentaciones, en su mayoría, son de noche.
Por tanto, para conceptualizar el contenido del vídeo, la artista se transportó a esos instantes en que siente miradas y pasos cercanos. También, dijo que pensó en las veces en que su abuela y su madre le echan la bendición, que compara con un amuleto de la buena suerte para continuar el camino. Esas reflexiones quiso reflejarlas en las imágenes que acompañan al tema.
Esos retos que enfrenta cuando camina sola por las calles aparecen también en su ruta como cantautora. Querer vivir de la música en una sociedad, donde a una artista se le relaciona con unos estándares de belleza y sensualidad, no ha sido una tarea sencilla.
“El ser mujer siempre es un reto porque la mujer es vista a nivel sistemático como un objeto o si no la relacionan con una dinámica sexual. También, está sometida a una dinámica paternal. Hay muchas puertas que son difíciles de abrir por el machismo. Uno siempre está compitiendo o en tensión, estrés. El gran aprendizaje ha sido mirarme hacia dentro y saber que todos y todas tenemos una ruta bien particular que no es la que quieren obligarnos a tomar. Es como un río que está lleno de piedras, pero eso no lo para, sino que lo hace parte del camino”, comentó quien aprendió hace un tiempo a crearse sus propias oportunidades.
“El sistema no está hecho para nosotras, las artistas, para que podamos vivir de manera digna. Esa es la realidad. Por eso, mi invitación es a irse por la otra ruta”, agregó la cantante, quien se presentará el 15 de febrero en el concierto Galactic Colony, en Santurce.
En verano, planifica visitar los 78 pueblos con su música para llevar la propuesta sonora en la que establece el país en el que quiere vivir.