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La revictimización es obstáculo para que las víctimas de violencia sexual ofrezcan su testimonio

La culpa es del agresor

(Ilustración con foto de archivo de Ana María Abruña Reyes)

*Este reportaje incluye descripciones de violencia sexual. 

La revictimización sociocultural y la falta de empatía en el proceso de investigar crímenes de violencia sexual, provoca, en muchas ocasiones, que las víctimas desistan de ofrecer su testimonio a las autoridades, estableció la psicóloga social comunitaria Ilia Marie Vázquez Gascot.

La experta reaccionó a la ola de comentarios machistas en redes sociales que responsabilizan a la mujer que reportó haber sido víctima de una violación en grupo en Añasco el sábado, 8 de agosto, y al lento proceso de investigación que lleva la Policía, que aún no ha identificado sospechosos.

Sobre este caso, la teniente Melizet Acarón Rodríguez, de la División de Delitos Sexuales de Mayagüez, quien ahora está a cargo de la investigación, ha repetido públicamente que, luego de la información que ofreció en el Hospital Perea, a donde fue trasladada para recibir atención médica, la perjudicada no ha estado en disposición de ofrecer más datos sobre el suceso.

“Estos procesos de investigación y de juicios son muy prolongados y difíciles para las víctimas de agresión sexual. Y, si a eso le sumamos que están siendo revictimizadas y están enfrentando este proceso solas, sin recibir los servicios adecuados, es muy difícil sostener esto (la investigación) para la víctima”, explicó Vázquez Gascot.

El Informe de Novedades de la Oficina de Prensa de la Policía en Mayagüez reportó la denuncia que hizo la mujer de que cinco hombres la habían violado, en el parque de pelota del barrio Espino, en la carretera PR-109, en Añasco. El parte policiaco incluía datos irrelevantes a la investigación que fueron reproducidos sin cuestionamiento por los medios de comunicación y que fueron la mecha para el juicio público en contra de la víctima.

“Las víctimas de violencia sexual que son agredidas por personas desconocidas tienen más probabilidad de ir a reportar ese delito. Si el sistema, la comunidad y la sociedad no le creen a la víctima o la revictimiza, es común que las víctimas dejen de cooperar con el proceso investigativo porque se convierte entonces en un juicio para la víctima y no un juicio para las personas que cometieron el delito”, explicó la doctora, quien trabaja como consultora y provee adiestramientos sobre diversos aspectos de la violencia de género a personal de organizaciones, agencias, iglesias y otros grupos.

No obstante, aclaró que las agresiones sexuales por personas desconocidas apenas conforman el 10% de los casos. La mayoría de estos crímenes son perpetrados por personas que son conocidas de las víctimas.

Una redacción cuidadosa de la Policía hubiese evitado la revictimización mediática

La forma en la que se redactan los informes de novedades de la Policía sobre violación alimentan los prejuicios sociales y culturales que recaen sobre las víctimas de agresión sexual, señaló Vázquez Gascot.

“Ciertamente, en la medida que ese personal hace un informe respetuoso y empático de los hechos, puede minimizar eso (la ola de revictimización). Había información que no era necesaria publicar en este punto de la investigación”, aseguró la psicóloga, quien desde el 2001 trabaja en proyectos para la prevención y erradicación de la violencia por razón de género.

De igual forma, Vázquez Gascot evaluó que la información del “comportamiento de la víctima” en el informe de novedades, no abona nada a la investigación. Además, no ayuda al proceso de bienestar y recuperación de la perjudicada.

Indispensable distinguir víctimas y agresores

El evidente comportamiento apático de la Policía con las sobrevivientes de agresión sexual se debe, según la doctora, a que los policías están acostumbrados a trabajar con personas que han cometido crímenes. Cuando tienen que entrevistar a la víctima de una agresión sexual para identificar a los sospechosos, no saben cómo manejar la situación. La perjudicada no es la sospechosa de un crimen, es la víctima.

“Cuando hablamos de la agresión sexual, a diferencia de otros crímenes, el cuerpo está involucrado. Así que hay un elemento de la dignidad de la persona. Son casos bien sensibles. No es lo mismo que te roben una laptop o que te rompan el cristal de un carro, al tener que contar qué te pasó a ti, a tu cuerpo. Que invadieron tu espacio personal. Son casos que requieren mayor sensibilidad y empatía”, precisó Vázquez Gascot.

Educar contra la cultura de la violación

Los múltiples comentarios que desató la violación ejecutada en manada en Añasco evidenciaron la cultura de la violación que impera en la sociedad puertorriqueña, según Vázquez Gascot.

“Necesitamos hacer un trabajo como país. Esta es la norma. Esto es lo que suele pasar. La persona tiende a responsabilizar a quien ha experimentado violencia sexual y poco se dice sobre las personas que cometieron el delito. Es más fácil adjudicar la responsabilidad sobre las víctimas que reconocer que algunas personas decidieron cometer un delito”, aseguró.

La psicóloga enfatizó que la forma en la que una perjudicada conoce a su agresor no le quita la responsabilidad a las personas que cometieron el delito.

“Que se hayan conocido por una aplicación, por una red social, personalmente, ese no es el foco de atención. Aquí, en lo que hay que enfocarse es que hubo una agresión sexual en ganga, por múltiples personas”.

También, enfatizó que el alcohol no justifica una agresión.

Alta incidencia de violencia sexual e inexistente educación sexual

El Centro de Ayuda a Víctimas de Violación, adscrito al Departamento de Salud, reportó en abril de 2019 que, para el año fiscal 2017-2018, había 769 casos activos de abuso sexual en el Departamento de la Familia.

Según los datos de la organización para 2019, el 86% los casos relacionados con violencia sexual atentidos en las salas de emergencias fueron mujeres y el 80% eran menores de edad. El CAAV también establece que, diariamente, dos menores víctimas de abuso sexual reciben servicios en salas de emergencia.

Además, las querellas de violencia sexual aumentaron en todos sus renglones: actos lascivos aumentó de 549 querellas en 2017 a 740 en 2018; agresión sexual aumentó de 303 a 334 para el mismo periodo, así como incesto de 22 a 23 casos.

Según el Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo del Comportamiento (BRFSS, en inglés) 67,269 adultas y adultos que reporta haber sufrido agresión sexual en su vida. Al concentrarse la encuesta en la población de jóvenes, en 2017, también apuntó a que 14,000 estudiantes de escuela pública expresaron haber sido agredidos sexualmente. Además, se estima que 5,000 estudiantes han sido víctimas de violencia sexual en una cita.

“Nosotros vivimos en un país con una incidencia alta de agresión sexual. No porque yo lo diga, ni siquiera porque lo digan algunos de los datos de la Policía de Puerto Rico que son mínimos. Los datos reportados a la Policía son bajísimos, esos son los casos más subreportados. Nosotros tenemos encuestas nacionales que evidencian que esto es un problema alarmante, pero eso no tiene suficiente peso como para que haya una política pública o una inversión económica para atender el problema de la violencia sexual”, denunció Vázquez Gascot en referencia a las estadísticas del CAAV.

La psicóloga resaltó cómo en la cultura puertorriqueña se habla todo el tiempo de sexo, pero no se habla de educación sexual.

“No se habla de prevención de violencia sexual. Tienes un desfase porque se promueve una cultura alrededor de la violencia sexual, pero no se habla del componente más importante, que sería la educación. Cualquier intento de tener educación sexual es cuestionado y combatido para que no se dé”, sostuvo. 


Si has sido víctima de violencia sexual, tienes derecho a recibir ayuda. Lee más aquí. Puedes llamar a la Línea de Orientación y Ayuda Contra la Violencia Sexual al 787 337-3737 o al Centro de Ayuda a Víctimas de Violación al 787 765-2285.

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