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Jóvenes llevan discurso antirracista a la acción comunitaria 

(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes) 

Un grupo de jóvenes activistas y líderes comunitarias combate el racismo, en Puerto Rico, desde la educación y la concienciación social.    

Miriam Morales Suárez, de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora; Kanisha Rivera Millán, coordinadora comunitaria del Colectivo Ilé; Kaira Sáez Pizarro, promotora del Taller Salud; Tanisha Gaspar Clemente, directora del proyecto Piñones Aprende y Emprende (PAYE); Gabriela Ortiz Laureano, facilitadora de Siempre Vivas RUM; y Lenna Garay Rodríguez, de Siempre Vivas Metro, formaron parte, el miércoles, del conversatorio Más allá del discurso: El trabajo antirracista en organizaciones feministas de activismo y servicios sociales. 

“Es importante que, como movimientos de justicia social, empecemos a educarnos y accionar de manera antirracista. Debemos reconocer que el racismo está entrelazado con cada una de nuestras luchas”, declaró la educadora comunitaria Morales Suárez. 

Las invitadas expresaron, contundentemente, que el racismo existe, y para combatirlo es necesario unir esfuerzos desde todos los frentes. En la actividad, dialogaron sobre las estrategias, proyectos e iniciativas antirracistas que se ejercen desde distintos colectivos feministas. 

“El hecho de que tengamos que seguir contestando la pregunta sobre si el racismo existe o no, retrasa la lucha antirracista. Tenemos que partir de que existe, y buscar qué vamos hacer con ese racismo que afecta nuestras vidas”, insistió Morales Suárez, quien cursa su maestría en Psicología Social Comunitaria en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras. 

La panelista explicó que la desventaja, la pobreza y la falta de acceso a recursos están presentes en pueblos, donde predominan las personas negras.

“No podemos seguir negando la existencia del racismo cuando hay gran parte de la población que lo experimenta. Quizás, algunas personas no tengan el lenguaje académico para apalabrarlo, pero están conscientes de su condición de vida por su color de piel”, expresó Morales Suárez. 

“Las comunidades negras, racializadas e inmigrantes en Puerto Rico sufren de mucho racismo social e institucionalizado”, añadió Garay Rodríguez, moderadora del encuentro que organizó la iniciativa universitaria Siempre Vivas Metro. 

Racismo en espacios educativos

Las estudiantes narraron que han experimentado el discrimen desde niñas al escuchar chistes, comentarios, críticas y “halagos”, cargados de una cultura racista, en sus escuelas, universidades y comunidades. 

“Es bien evidente en el salón de clases cuando, quizás, soy la única persona negra”, contó Rivera Millán, estudiante de Ciencias Naturales de la Universidad del Sagrado Corazón. 

Rivera Millán insistió en que si los jóvenes no tienen la conciencia antirracista, no se lo cuestionan.   

“El lenguaje que utilizamos es una de las cosas que debemos analizar. El simple hecho de que a la gente le cueste decir ‘negro’ o ‘negra’, porque rápido piensan que es algo negativo o que es violento, se debe trabajar”, comentó Rivera Millán.    

Por su parte, Ortiz Laureano mencionó que, en momentos de su vida, sentía que no encontraba espacios y su lugar en muchos colectivos.  

“Puerto Rico evade demasiado la conversación racial. En séptimo grado, entendí que por mi físico la gente me iba a tratar diferente. El racismo ha causado una lucha interna conmigo misma”, declaró la estudiante de Sociología de la UPR, Recinto de Mayagüez.     

“Nosotras mujeres, visiblemente negras o afrodescendientes, somos minoría en la Universidad de Puerto Rico. Esto refleja el estudiantado, y provoca a preguntar: ‘¿Realmente, la universidad es una accesible?’”, compartió Ortiz Laureano. 

Estrategias y proyectos antirracistas 

Gaspar Clemente entiende que la mejor estrategia para combatir el racismo es la educación y el trabajo colectivo.

Insistió en que los niños observan primero las imágenes en la escuela, y en ellas no hay personas negras representadas. 

“Si nosotros queremos que los niños se sientan identificados y erradicar el racismo, los libros de texto son una de las primeras herramientas que debemos modificar”, argumentó la joven, quien se graduó este año de un bachillerato en Educación de la UPR.

Gaspar Clemente contó que PAYE tiene el enfoque de desarrollar espacios de educación y empoderamiento de la niñez. El proyecto surgió, en el 2018, después del huracán María, a causa del cierre de la única escuela en la comunidad de Piñones. 

La joven educadora es organizadora comunitaria y es parte del proyecto Afrocaribeñas de Taller Salud junto a Sáez Pizarro. 

“Desde Afrocaribeñas, le hemos dado las herramientas para que las jóvenes salgan, denuncien y sean voces en la calle”, enfatizó Sáez Pizarro, estudiante de Biomédicas en la Universidad Interamericana.

La promotora de salud enfatizó que las modalidades del racismo como los chistes se normalizan. A raíz de esta expresiones, se debe comenzar la reflexión desde el círculo familiar para lograr un cambio desde lo micro hasta lo macro. 

Lee también: Instan a fortalecer el trabajo antirracista

Asimismo, parte del trabajo de Sáez Pizarro es empoderar a jóvenes en Loíza y hacerlas parte del discurso.  

Rivera Millán mencionó que, desde el Colectivo Ilé, que desde el 1992 está trabajando para erradicar el racismo, se han desarrollado proyectos como la campaña del Censo 2020 Afrodescendientes, Rompiendo esquemas raciales, Diálogo Adolfina Villanueva y Caldero de ideas

“El objetivo es alzar esas voces y que las personas, los pueblos y los barrios sientan que somos más de lo que dicen. […] Siempre aspiramos a la educación y a crear alianzas entre distintas organizaciones”, añadió Rivera Millán. 

Del mismo modo, la joven Morales Suárez habló sobre la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora que enfatiza sus esfuerzos en la articulación de políticas públicas para sociedades antirracistas. 

Las líderes insistieron en que no solo basta que las personas negras problematicen el racismo y discutan soluciones, sino que se tiene que trabajar desde todos los ángulos. 

“Debemos tomar este auge que se ha levantado en las redes sociales para seguir evidenciando el trabajo de muchos colectivos que llevan años haciendo un trabajo antirracista”, expresó Sáez Pizarro.

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