(Foto de archivo de Ana María Abruña)
En un esfuerzo por concienciar a la comunidad sobre la importancia de hablar sobre el racismo, los prejuicios, la desigualdad y los estigmas sociales, la Asociación Americana de Estudiantes de Medicina (AMSA, por sus siglas en inglés), de la Universidad Interamericana Recinto Metro, presentó, el lunes, el taller Rompiendo esquemas raciales a través de Zoom.
El diálogo virtual contó con las participaciones de Marianne Osorio Quiñones, presidenta de AMSA Inter Metro, y de Kimberly Figueroa Calderón, organizadora y educadora del Colectivo Ilé.
Durante el conversatorio, se discutió la importancia de fomentar una identidad racial saludable que permita fortalecer el trabajo antirracista que se está llevando a cabo en el país.
“El racismo realmente es algo que lleva más de 300 años existiendo, pero hubo un detonante y es un buen momento para que todos se eduquen”, dijo Osorio Quiñones.
Como parte del evento, se expuso que son muchas las empresas a nivel local e internacional que utilizan estampas racistas en sus logos y promociones. Incluso, promulgan imágenes con estigmas y que discriminan a la comunidad afrodescendiente.
“¿Por qué utilizamos estas imágenes para algo que es totalmente opuesto? Nunca nos hemos puesto a pensar en el trasfondo de esas imágenes o qué pudo haber pasado con ellas”, manifestó Figueroa Calderón, también colaboradora en el proyecto Turbanteo Consciente de Ashanti Headwraps.
En el encuentro, además, se habló sobre la marca de muñecas Barbie que, en el 2010, junto a la mayor cadena de supermercados de los Estados Unidos, ofreció un 50% de descuento en las muñecas negras, mientras las blancas estaban a precio regular.
“Cuando preguntas por qué pasa esto en la tienda, te dicen: ‘Es que casi no se venden y por eso le bajan el precio’”, añadió Figueroa Calderón.
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El racismo en la sociedad puertorriqueña
Por otro lado, denunciaron que, en Puerto Rico, el racismo está presente en los sistemas de salud, transportación, medios de comunicación, religión, música, deportes, banca, vivienda, comercio, política, entre otros.
Mencionaron varios sucesos acontecidos en Puerto Rico que ponen en evidencia el racismo en los sistemas de justicia. Se señalaron los casos de Aida de los Santos Pineda, quien en el 2010 fue acusada por el asesinado de quien en ese momento era su jefa, y de Alma Yariela Cruz Cruz, una estudiante del programa de Educación Especial que enfrentó cargos criminales y un proceso judicial por un incidente con otras alumnas que la acosaban.
“Muchas veces, las personas piensan que el asunto del racismo es algo totalmente individual, de tú a tú o que yo te diga un comentario y ahí queda, pero la realidad es que no es así. Hay muchas instituciones que son parte de esto y que siguen perpetuando el racismo”, expresó la también representante de Puerto Rico en la Red de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora.
Figueroa Calderón dejó claro que el racismo a la inversa no existe, ya que es un sistema completo que abarca instituciones, prácticas culturales y tradiciones.
“No existe porque la realidad del asunto es que, por más que una persona negra pueda discriminar o proyectar prejuicio hacia una persona blanca, la persona negra no se beneficia de ningún sistema. No nos vemos representados ni tan siquiera en la televisión por más películas que hagan. Todavía, proporcionalmente, no estamos ahí”, resaltó.
Negación y trivialización del racismo
Durante el diálogo abierto al público, se enfatizó sobre el término “raza” y cómo no tiene ningún tipo de base científica. Además, se determinó que fue creado para la conveniencia de quienes tienen el poder.
“No se nos ha enseñado una definición universal sobre el racismo. En las escuelas no se nos enseña lo que es (el racismo), lo aprendes después, a fuerza de golpes, porque lo lees o vas a la universidad”, sostuvo Figueroa Calderón.
Imágenes con estigmas y racismo lingüístico
Los esquemas raciales también están presentes en estatuas y edificaciones. Un ejemplo es la escultura en Ponce, en recordación a la abolición de la esclavitud. En la obra, está representado un esclavo de rodillas, mientras que en países como Brasil, México, Haití, Guadalupe, Senegal, Jamaica, Cuba y República Dominicana recuerdan a los ancestros en perfecto balance y en pie de lucha.
“A diferencia de otros países, aquí no están exaltado la figura negra ni la libertad. También, están condicionando esa libertad para que siga de rodillas”, expuso Osorio Quiñones.
“Lo más triste en todo esto es que no significa que en Puerto Rico no hubo personas que se rebelaron. Sí, hay historias. Que no nos enseñan eso en la escuela son otros veinte”, reveló la educadora.
Figueroa Calderón dejó como asignatura pendiente que los presentes se preguntaran cuándo fue la primera vez que habían sido racializados y los exhortó a analizar cómo se manifiesta el poder para perpetuar el racismo en Puerto Rico.
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