(Ilustración por Michelle Dersdepanian)
El asesinato de una mujer a manos de su expareja el miércoles en la noche, que desembocó en otros dos asesinatos y el suicidio del agresor, es la prueba de que en Puerto Rico urge educar a todos los niveles y a todas las generaciones sobre la equidad, declaró la psicológa Mercedes Rodríguez.
Para la experta, quien atiende casos de sobrevivientes de violencia machista desde hace más de 40 años, este caso -que provocó la movilización de 100 agentes que intentaron arrestar al agresor- no es aislado, pero era prevenible.
“Tenemos el gran problema de la violencia de género que se acumula por décadas y sabemos las causas y las respuestas que pueden ayudar a detener esa violencia porque se trata de algo que es prevenible. Los asesinatos de mujeres, el hostigamiento sexual en el empleo, las violaciones, todo esto se puede evitar. El instrumento por excelencia para eso es la educación y el complemento es que se pongan en vigor las leyes. Entonces, cuando hacemos el análisis, vemos que hay ya suficientes leyes, y lo que está desatendido es la educación”, dijo Rodríguez al tiempo que criticó la insensibilidad e “indolencia” del gobierno actual ante la situación de violencia de género en el país.
No es locura, es machismo
Coraly León, directora de la Casa Protegida Julia de Burgos, indicó que, al enterarse de situaciones tan extremas como las que rodean este caso, en que fueron asesinadas Marilyn Reyes Ayala y Jainette Sánchez Ledée, y asesinado Alvin Sugrañes Lebrón, no se debe llegar a la conclusión de que el agresor, identificado como Pedro Montes Collazo, atravesaba algún momento de locura o tenía problemas de salud mental porque le quita la responsabilidad sobre los crímenes que cometió.
León explicó que los estudios sobre asesinatos a parejas o exparejas en que el agresor termina quitándose la vida apuntan a que se trata de un último acto que demuestra las ansias de controlar. A veces, al ver que la persona a la que se quiere controlar ya no existe porque el agresor la mató, entonces, decide acabar con su vida.
“Por lo general, son hijos sanos del patriarcado y para nosotras es bien importante recalcar esto: las personas agresoras, en gran medida, son movidas por el machismo, por la misoginia, porque consideran en este caso a las mujeres como propiedad y reaccionan de esta manera cuando sienten que están perdiendo control sobre esta propiedad”, argumentó.
Rodríguez coincidió en que el pueblo enfrenta una situación dura desde el paso del huracán María, posteriormente los temblores y ahora la pandemia que son estresores que pueden afectar la salud emocional de las personas, no obstante, “podemos tener issues de salud mental, pero la gran mayoría de la gente no sale a matar a sus esposas y exesposas. El tema del machismo como tal no es de salud mental, sino de cultura, de prácticas sociales, de construcciones sobre cómo se forma y qué es un hombre”.
En el caso del oficial, que pertenecía a la Unidad de Operaciones Tácticas dentro del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), Rodríguez destacó que no se pueden perder de perspectiva que esos aspectos sociales sin el componente de educación provocan un machismo “en el que es tan macho y poderoso que es capaz de matarse para salirse con la suya de la manera más radical y deja un vacío grande en esa instancia porque no hay oportunidad de ver algún tipo de justicia. Es la perspectiva de ‘era tan mía que lo es, o no es de nadie y prefiero no estar, yo lo controlo, nadie me toca’”.
Problema sin atender al interior de la Policía
La psicológa también recordó que hay un problema craso de violencia de género dentro de las filas del Negociado de la Policía y de otras entidades similares y, aunque el gobierno lo sabe y está llamado a trabajar con el problema, no lo hace.
Irma Lugo Nazario, coordinadora del Observatorio de Equidad de Género, mostró preocupación en esa misma línea porque trascendió que el oficial penal había sido desarmado anteriormente y no se sabe cómo se están implementando protocolos en las agencias para dar apoyo a estas personas que utilizan métodos de fuerza y “choque” como sus destrezas diarias de trabajo.
Según datos del Observatorio, en 2020, han ocurrido 32 feminicidios. En 10 de estos casos, el asesino ha sido la pareja o expareja de la víctima.
Aunque Todas pidió al DCR informes sobre qué adiestramientos o programas de manejo de violencia -si alguno- se han implementado en la agencia, al momento de esta publicación, la información no estaba disponible.
Urgente reforzar las formas de ayuda a las víctimas
De otro lado, Rodríguez llamó la atención a un problema asociado a estas situaciones ante la falta de educación y es que estos tipos de casos pueden dejar aterrorizadas a otras mujeres que pudieran ser víctimas de violencia en sus hogares y están por salir del ciclo.
León hizo un llamado a toda persona que sea víctima de violencia de género a buscar ayuda, informarse sobre las opciones que hay disponibles para salir de esos patrones de maltrato. También, instó a familiares y amigos a que si saben de alguna situación que se orienten sobre soluciones para evitar estos crímenes.
Y aunque las organizaciones están alertas, preparadas y disponibles para ayudar, Rodríguez enfatizó que muchas trabajan con recursos limitados. Sin embargo, dijo que es el gobierno el que tiene el alcance y puede dar trabajar para erradicar esta violencia machista.
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Si tú o alguna persona conocida está en situación de violencia, llama a la Línea de ayuda 787-489-0022. Mira más recursos de ayuda aquí.