(Foto por Mari Blanca Robles)
Como si se tratara de un rompecabezas con múltiples piezas cuyo engranaje requiere de la mayor concentración, hoy la Policía se encontraba en una fase crítica para poder dar con los responsables del asesinato de Rosimar Rodríguez Gómez, de 20 años, cuyo cuerpo se recuperó, el domingo en la tarde, en un paraje de Dorado luego que fuera secuestrada frente a su casa el jueves, 17 de septiembre de 2020.
“Según conversación con las fiscales (Jessica Correa y Gretchen Pérez Catinchi, a cargo de la pesquisa) y con el coronel (Rolando) Trinidad, por el momento, no se harán más expresiones, solo que estamos en corroboración de algunas versiones y documentando. Más adelante, estaremos en posición de informar”, dijo a Todas el capitán Ricardo Haddock, jefe del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Bayamón.
Ayer en la tarde se corroboró el peor temor de la familia de Rosimar, los restos en avanzado estado de descomposición hallados en el sector El Caracol de Dorado eran los de la joven. Así se comprobó mediante un análisis científico que incluyó la comparación con placas dentales, explicó la directora del Negociado de Ciencias Forenses, María Conte.
Aunque la también patóloga forense no pudo ofrecer públicamente detalles como la causa de muerte o cuánto tiempo llevaban sus restos en el lugar, dijo que corroboró mediante autopsia que no se trató de una muerte natural.
Informes de medios (Primera Hora) apuntan a que, cerca del cuerpo, la Policía encontró casquillos de bala.
Entre las piezas con las que trabaja la Policía, se encuentran las versiones sobre el día de los hechos que ofrecieron Jolenis Soto, quien habría tenido una relación con la víctima, así como las versiones y coartadas de otras tres personas, incluyendo el supuesto novio actual de Soto. Según informes que El Vocero atribuye a fuentes, la guagua Suzuki color blanca ocupada durante el fin de semana como parte de la investigación, pertenece al papá de “Jay”, el novio de Soto.
La guagua Suzuki coincide con la descripción que ofreció a la Policía la noche de los hechos una prima de la víctima, quien vio cuando la metieron a la fuerza en el auto. Las autoridades informaron sobre “la desaparición” cuatro días después del secuestro.
La Policía también cuenta con vídeos de cámaras de seguridad, tanto de la calle de la que fue raptada, como de zonas circundantes. Se esperaba que recopilaran material en vídeo adicional con la nueva información a la que han tenido acceso, incluyendo de cámaras ubicadas en el trayecto donde se recuperó el cuerpo.
Aún no está claro si ya se concluyó el análisis que realizaba el Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) sobre el celular de la víctima. En una entrevista que ofreció la semana pasada a un investigador privado, Jolenis Soto dijo que la familia de Rosimar Rodríguez Gómez se oponía a que ambas tuviesen una relación. Dejó entrever, además, que el padre de Rosimar la amenazó a ella y a su hija si algo le pasaba a su hija.
La joven dijo que por esa amenaza sentía miedo y que estaba dispuesta a cooperar con la Policía sobre lo que ocurrió el día del secuestro. Y es que ese jueves, 17 de septiembre, Rosimar salió de su casa a encontrarse con Jolenis Soto porque esta supuestamente la llamó llorando.
Soto, sin embargo, le dijo al investigador en su entrevista por Facebook Live que ese día perdió su celular en un parque de pelota cercano a la casa de su abuela. Aseguró que, cuando regresó a buscarlo, no lo encontró. También, dijo que en el lugar había mucha gente. No obstante, al volver a la casa de su abuela, pudo localizar el celular a través de una aplicación que indicaba que la unidad móvil estaba en “una calle de San Juan”.
Según esa versión de Jolenis Soto, al momento en que Rosimar supuestamente recibió una llamada suya cerca de las 8:45 de la noche, ella no estaba en posesión de su teléfono. En esa llamada Jolenis, supuestamente, le pidió el “pin” de su localización en ese momento y es por eso que la familia de Rosimar entendía que había salido de la casa a encontrarse con ella.
Haddock dijo que, en esa entrevista de Jolenis difundida en redes sociales, la joven informó más cosas de las que le dijo a la Policía en la entrevista oficial, por lo que la citaron nuevamente. Compareció finalmente ayer acompañada de un abogado y mantuvo silencio, publicó El Vocero.
Previo a que se descubrieran los restos de Rosimar Rodríguez Gómez, su familia había ofrecido una recompensa de $10,000 a quien diera información sobre su paradero. Y, aunque la Policía dijo que dio con los restos y con la guagua que se sospecha se utilizó para el secuestro por medio de confidencias, tampoco estaba claro si alguien reclamó la recompensa.
La confirmación del asesinato de Rosimar matizó el reclamo ayer de distintas organizaciones y cientos de personas que marcharon con antorchas y carteles desde el cementerio del Viejo San Juan hasta La Fortaleza exigiendo que se declare un estado de emergencia nacional por la violencia hacia las mujeres, los feminicidios atribuidos a parejas y exparejas, la desaparición de hasta 11 menores de edad y siete adultas en lo que va de año, así como por los incontables casos de agresiones que sufren las mujeres.
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