(Foto por Sydney Sims en Unsplash)
Las estadísticas de la Policía de Puerto Rico, con fecha de marzo de 2019, establecen que hubo 467 incidentes de violencia doméstica contra mujeres. Y cada una de ellas, además de ser afectadas físicamente, lo han sido emocional y psicológicamente.
“El daño interno y emocional no tiene la visibilidad del físico, sin embargo, tiene la capacidad de hacer tanto o más daño que el maltrato físico”, expuso la psicóloga social Mercedes Rodríguez.
Explicó que, muchas veces, las personas trivializan estos efectos psicológicos, no obstante, la psique de la mujer va debilitando su autoestima, y se va creando una rutina de violencia.
Entre los efectos psicológicos, se encuentran la capacidad de tomar decisiones, depresión, ansiedad, aislamiento social, sentido de culpa y otros, especificó.
Por su lado, la consejera profesional Naidymar Santiago Vega añadió que, cuando una mujer está en este tipo de relación, se afecta su autoestima, dignidad y libertad. Además, deja de comer o come demasiado, duerme mucho o tiene insomnio, llora constantemente, se pone de mal humor, entre otros.
Cómo identificar las banderas rojas
“El amor no es igual a acoso, el amor no es igual a violencia”, expresó Santiago Vega.
Hay banderas rojas o señales para identificar si una persona está en una relación abusiva o tóxica, no obstante, es un proceso que poco a poco va incrementando.
“La violencia física no comienza con un puño, comienza con un empujón, un halón de pelos, y, luego, va incrementando”, explicó. Mientras, la violencia psicológica es más difícil de detectar, pues tiene insultos, menosprecio e intimidación.
Algunas de las banderas rojas que la consejera identificó son la falta de respeto, la autoridad, la exigencia de obediencia, el proceso de culpar a la mujer por todo lo que pasa, establecer límites, control económico y privación de recursos.
Similarmente, la psicóloga social Rodríguez mencionó que como señales se pueden reconocer la posesividad y el control. La persona del poder, en este caso el hombre, se siente superior a la mujer. Además, los celos, que hoy son normalizados, son un gran indicador.
“Los celos no son un indicador de buen amor, pero sí de un amor que controla, un amor que se impacienta, un amor de violencia”, expresó Rodríguez.
Del otro lado, quien ejerce este tipo de comportamiento es la persona maltratante y sobre quien recae la responsabilidad.
La salida de una relación abusiva
El mayor riesgo para una mujer en este tipo de relación es el proceso de salir de ella, dijo Rodríguez. Por tanto, lo ideal es buscar ayuda. La consejera profesional recomienda que lo inicial debe ser buscar ayuda profesional que te permita organizar tus pensamientos para alinear los próximos pasos que vas a seguir.
Cuando la mujer percibe las primeras instancias de amenazas y humillaciones, la psicóloga social insta a que se debe buscar ayuda, en centros de ayuda o albergues. Una recomendación que hace Rodríguez es que la mujer no debe decirle a su pareja que va a buscar ayuda, porque podría representar una amenaza.
“Lo ideal es que pueda estar orientada, acompañada y que no confíe en las intercesiones que haga el agresor para que ella vuelva con él”, dijo.
Esencial la prevención
Para prevenir este tipo de relación, Rodríguez y Santiago concuerdan en que la clave es la educación.
“La solución al problema de la violencia de género, y otras violencias, es mediante la educación”, planteó Rodríguez. “La educación no como machos ni como hembras, pero como seres humanos”, añadió.
La psicóloga expuso que la educación debe comenzar en las escuelas porque en los hogares es donde tradicionalmente se transmite el sexismo.
“Para cambiar este modelaje desigual generador de violencia, tiene que ser fuera del hogar”, propuso.
Asimismo, planteó que los mensajes sobre equidad hay que darlos en los espacios como el trabajo, los centros educativos y los medios de comunicación.
“Un anuncio de 30 segundos, una vez cada dos semanas, no hace nada. Tiene que estar por décadas para erradicar los siglos de violencia contra la mujer”, expresó Rodríguez.
Si tú o alguna persona conocida está en una situación de violencia, llama a la Línea de Orientación a Víctimas de Violencia Doméstica al 787-722-2977 o busca ayuda de parte de otras entidades dedicadas a ofrecer apoyo.