(Ilustración de Ivia Pantoja)
«Yo no me había dado cuenta cuán masculino era mi currículo hasta que una compañera de trabajo le regala a mi hija el primer libro de Buenas noches para chicas rebeldes. […] ¿Qué pasa con un niño o niña cuando ve historias con las que se puede relacionar? Lo cambia todo, lo transforma todo”, compartió Chavely Santiago Villoch, maestra de Historia del colegio CEDIN de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
Santiago Villoch, como otros educadores del país que enseñan desde la equidad, compartió su anhelo por que exista un currículo con perspectiva de género universal y robusto para todas las escuelas en Puerto Rico que ayude a combatir la violencia de género en el archipiélago.
Una de las actividades que ha incluido Santiago Villoch en su oferta académica es el uso del museo para recrear las historias de diversas civilizaciones. Además, ella percibe que, a través de la literatura e investigación sobre mujeres en la historia, visibiliza sus aportaciones y hazañas en varios campos del saber.
“Yo no recuerdo que me hablaron de mujeres e, incluso, si me hablaron de Cleopatra, era porque era bonita. Yo les hago hincapié a mis estudiantes que ella fue mucho más que una mujer bonita”, sostuvo Santiago, quien ofrece clases a menores de quinto y sexto grado.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la perspectiva de género como “el proceso de evaluación de las consecuencias para las mujeres y los hombres de cualquier actividad planificada, inclusive las leyes, políticas o programas, en todos los sectores y a todos los niveles. Es una estrategia destinada a hacer que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como de los hombres, sean un elemento integrante de la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación de las políticas y los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales”.
Como uno de sus proyectos, Santiago Villoch organizó, en 2019, un fotomontaje de las Mujeres grandes de la historia a través de las niñas del colegio, quienes escogieron a sus referentes. “Es una muestra de un trabajo hecho como comunidad y con verdadero sentido de celebración de estas mujeres”, subrayó.
Apuntó que, con los talleres y actividades que ha brindado, tanto a la facultad como a sus estudiantes, ha visto cómo los menores se confrontan con el machismo, ya que se abordan los temas desde esa perspectiva de género que reconoce la desigualdad y busca erradicarla.
“Cada vez que preparo este tipo de actividades, no es porque quiero hablar de mujeres y ya. Es que digo: ‘¿Por qué no hablar de mujeres también?’. Es darle un espacio que ellas debieron tener siempre”, puntualizó.
Este año, ofreció el taller Hablemos de ellas a educadores dentro de su colegio. Describió el evento como una invitación a que se sintieran cómodos con la introspección de sus currículos para visibilizar a mujeres en diversas disciplinas como la ciencia, las matemáticas, la historia, la literatura y el arte.
La maestra feminista manifestó que hubo una recepción maravillosa por parte de su facultad, y reconoció que hace falta mucho ese diálogo entre pares que provoca la instrospección en los salones de clase.
“La equidad nace cuando nosotros, también como educadores, abrimos el espacio y celebramos la diversidad. Y eso permite que haya una influencia tanto para uno como profesional como para los niños y sus familias”, destacó.
Pedagogía para construir la sociedad que queremos
Astrid Cruz Negrón es otra maestra, de la Escuela Superior Urbana de Utuado, que ha insertado la perspectiva de género en sus clases de Español a estudiantes de décimo y undécimo grado.
“Yo creo que estudiando pedagogía, claramente, fui más consciente de que hay teorías y modelos educativos que nos indican que la pedagogía es para construir y replicar la sociedad que queremos”, destacó sobre la literatura de justicia social que la ha formado como educadora.
Cruz Negrón relató que, mientras crecía, su ejemplo fue su madre, que aunque no se consideraba feminista, la inspiró con su valentía de ser parte de espacios como los sindicatos de maestros.
Enfatizó en que un gran porcentaje de los textos y autores que se resaltan en los currículos de Español están encabezados por hombres conservadores o que no trabajan una perspectiva de equidad.
Asimismo, señaló que no solo es problemático que hayan sido pocas las escritoras que se resaltan en la literatura, sino el aspecto de sus textos al que se les da énfasis.
“Julia de Burgos era muy consciente de la desigualdad económica y social, del coloniaje, de la desigualdad de género y enfocan solamente una parte muy romántica de ella, invisibilizando sus aportaciones”, explicó la maestra.
Cruz Negrón compartió que entiende que los maestros son curadores de contenido. Ante esta visión, recomienda que los educadores se preparen y analicen de antemano para que los principios de la perspectiva de género fluyan de manera consciente y natural en las dinámicas con sus estudiantes.
“Lo importante también es que los maestros estén educados, pues, ciertamente, hay muchas maestras que hemos ido rompiendo esquemas, pero hay muchas que se oponen a la perspectiva de género. En la mayoría de los casos, yo veo que es por desinformación”, señaló.
La educadora recalcó que adiestrar al magisterio debe ser esencial para que entienda los conceptos y deconstruya los estigmas que se han normalizado en la sociedad sobre la herramienta de la perspectiva de género.
“La educación reproduce ideologías, costumbres y hábitos. Por ejemplo, la salubridad y la costumbre de lavarse las manos se divulgó en un momento de nuestra historia marcado por la escuela. Pues así mismo, el lenguaje y la visión que tenemos de las demás personas debe ampliarse. Todo se produce a partir de la educación generalizada y pública”, destacó Cruz Negrón, quien también insistió en la defensa de las escuelas públicas del país.
Deconstruir la historia androcéntrica
Guarionex Padilla Marty también señaló la invisibilización que encierran los libros escolares y cómo reproducen estereotipos de género. Este maestro enseña Historia de Puerto Rico, de Estados Unidos y América a estudiantes de escuela superior y colabora en los Centros Sor Isolina Ferré con desertores escolares en Caimito.
“Todos son libros que tienen una historia androcéntrica en la que la figura del hombre es central. Nos toca, en mi caso, que soy el único maestro de historia de esta escuela, pues deconstruir lo que está en el libro y, entonces, traer lo que son las historias de las mujeres”, compartió.
El también estudiante graduado de Historia de la Universidad de Puerto Rico explicó que, a través de sus lecciones sobre próceres puertorriqueñas como Mariana Bracetti y Lola Rodríguez, sus estudiantes reflexionan sobre la marginación de las figuras femeninas en la historia.
“En los libros de texto, en la historia que recibimos en la escuela, básicamente pasa desapercibida. La mujer está marginada, a pesar de que la mujer tiene un papel protagónico central en la historia de la humanidad”, subrayó.
Al igual que muchos educadores en la isla, Padilla Marty ha discutido entre sus colegas sobre la necesidad de un currículo de perspectiva de género robusto que prepare a los maestros para hacer una introspección del material y dinámicas educativas que llegan a sus estudiantes.
“Si tuviésemos un currículo con perspectiva de género es que vamos a tener una sociedad un poco más justa, una sociedad que pueda comprender y sea más sensible a los problemas, a las situaciones y a entender la diversidad. El mundo y los seres humanos no somos algo homogéneo. Somos heterogéneos, somos diversos. Creo que, precisamente, a eso es lo que viene la perspectiva de género”, manifestó Padilla Marty.
Confrontando el machismo en el salón de clases
Asimismo, Padilla Marty indicó que sus estudiantes han tenido una recepción muy positiva al trabajar estos conceptos a través de la interseccionalidad y las herramientas de análisis que ofrece la perspectiva de género. Principalmente, ha provocado el cuestionamiento de comportamientos machistas por medio de reflexiones en las que promueve la participación entre pares.
“Que puedan cuestionarse los conocimientos que hemos adquirido, que puedan construir esos conocimientos, que puedan repensar, responsabilizarse por sus acciones y que, ciertamente, puedan reaprender muchas de las conductas”, abundó sobre las dinámicas en su salón de clase.
Antes de la pandemia, pudo discutir con sus estudiantes de escuela superior algunos casos de feminicidios y transfeminicidios como el de Alexa Negrón Luciano. Relató que, a pesar de que fue difícil, procuró que los mismos alumnos fueran llevando a otros que estaban más rezagados con el tema de la perspectiva de género.
Padilla Marty observó que las generaciones más jóvenes, próximas a entrar al nivel intermedio y superior de las escuelas, están más relacionadas con la perspectiva de género porque es un tema de conversación en las redes sociales.
“Sería súper importante que tengamos ese currículo de perspectiva de género, no solamente en las escuelas públicas, sino en las escuelas privadas; en todo el sistema educativo de Puerto Rico”, apuntó.
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