Desde 2018, el movimiento feminista le ha exigido al gobierno la declaración de un estado de emergencia nacional en contra de la violencia de género, pedido que no ha sido escuchado.
Hoy, el país enfrenta una amenaza por la llegada de la pandemia COVID-19, y la respuesta de las autoridades ha sido imponer un distanciamiento social para evitar la propagación del virus sin considerar que la mayoría de las víctimas de violencia de género viven con sus agresores.
Según los reportes del Negociado de la Policía de Puerto Rico, en 2018, el 65% de los feminicidios íntimos ocurrieron en la residencia de la víctima, del agresor o en la casa que compartían ambos. El año pasado, al menos 15 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, y el 73% de los sucesos ocurrieron en algún domicilio.
“El ambiente en el que viven las mujeres víctimas de violencia de género cuando comparten el hogar con sus agresores es uno de mucha tensión, presión y temor, pero tienen la necesidad de resistir, en sus casas, por sí mismas y para proteger a sus hijas e hijos”, subrayó la trabajadora social Diana Valle Ferrer al destacar que esta circunstancia es más riesgosa durante emergencias o desastres naturales.
Tras la propagación del coronavirus en Hubei, China, lugar de origen de la enfermedad, las autoridades decretaron un cierre total de la provincia. Una de las consecuencias fue la duplicación de casos de violencia doméstica, según informaron líderes de organizaciones sin fines de lucro dedicadas al apoyo de sobrevivientes de agresiones por razón de género.
Como medida de prevención de un aumento acelerado en el número de contagios, en Puerto Rico, la gobernadora Wanda Vázquez Garced firmó una orden ejecutiva, con vigencia hasta el 30 de marzo, que obliga a la ciudadanía que no está trabajando en la emergencia a mantenerse en sus hogares las 24 horas y ordena un toque de queda entre las 9:00 p.m. y las 5:00 a.m. Solo da espacio para la realización de gestiones como comprar suministros, medicinas, gasolina o asistir a una consulta médica entre las 5:00 a.m. y las 9:00 p.m.
Sin embargo, aunque la medida prevé evitar el colapso de las instituciones médicas, como ha sucedido en Italia y España, expertas aseguran que no considera el posible aumento de víctimas de violencia de género como consecuencia del distanciamiento social que se ordenó, que implicaría para muchas mujeres el confinamiento en su hogar junto con su agresor.
“Cuando estamos en estas situaciones de tanta presión, en las que corremos un riesgo, no sabemos manejar nuestras emociones, la tensión sube, y se manifiesta, casi siempre, en forma de violencia física, psicológica o sexual. Por lo mismo, esta emergencia es mucho más riesgosa para una persona que vive bajo escenarios de violencia de género”, destacó la coordinadora del Observatorio de Equidad de Género, Irma Lugo Nazario, al subrayar que el hogar no es siempre un lugar seguro para las personas.
Para la experta, estas circunstancias empeoran, debido a que la ciudadanía no tiene las herramientas emocionales para manejar estas situaciones, la enfermedad provoca miedo porque es desconocida y el gobierno desinforma y transmite inseguridad.
“Sabemos que, en un momento como este, las personas que abusan pueden usar esta situación como una herramienta de poder y control contra las víctimas”, agregó la directora ejecutiva de la organización Coordinadora de Paz para la Mujer (CPM), Vilma González Castro.
La trabajadora social Valle Ferrer, por otro lado, afirma, tras examinar los feminicidios en el país y estudiar diversas teorías, que las agresiones no son causadas por las emergencias, sino que se deben a las coyunturas que viven las personas en momentos de desastre, como el desempleo, la pérdida del hogar o de un ser querido y la adicción a sustancias controladas.
Sobrevivientes enfrentan retos durante emergencias
Durante las emergencias tras el paso de los huracanes Irma y María y los terremotos que afectaron los municipios del sur, el país enfrentó retos para recibir ayuda gubernamental. Sin embargo, estas dificultades aumentaban cuando las receptoras del apoyo eran sobrevivientes de violencia de género y necesitaban acudir a la Policía, tribunales y hospitales.
“Ahora, nos preocupamos de que, si los casos de COVID-19 siguen aumentando, al momento de buscar asistencia en una sala de emergencia, por razón de violencia de género o agresión sexual, no nos atenderán con celeridad”, resaltó la directora ejecutiva de la CPM.
González Castro insistió, además, en que las víctimas de violencia de género, la mayoría de las veces, se encargan económicamente de sus hijas e hijos y, como consecuencia del toque de queda que ha impuesto el gobierno, es probable que dejen de recibir su sueldo.
La desigualdad salarial entre mujeres y hombres, la carencia de beneficios laborales y las restricciones en las licencias por enfermedad y vacaciones provocará que la situación de precariedad de las sobrevivientes empeore.
“Las sobrevivientes de violencia de género viven un trauma sobre trauma porque es el trauma de la violencia más el trauma del desastre, que aumenta las dificultades. Después de los huracanes Irma y María y los terremotos en el sur, escaseaban los bienes, cerraron los negocios, las familias se separaron, las personas perdieron su techo, y esas (situaciones) aumentan los temores y ansiedad. En el caso de las mujeres, la violencia hacia ella se exacerba”, precisó Valle Ferrer.
Estado sin protocolo para asistir a las víctimas por violencia de género
Aún a dos años y medio de los huracanes, las agencias carecen de un protocolo para apoyar a las víctimas de violencia de género antes, durante y después de una emergencia.
“Desde el principio, antes de los huracanes, le dijimos al gobierno que los casos de violencia de género iban a aumentar, y, en medio de toda la crisis, se hizo caso omiso a (esta alerta). Después, cuando asesinaron al año 23 mujeres, se dieron cuenta de que lo que decíamos era cierto”, recalcó González Castro, quien apuntó que su organización no recibe apoyo interagencial.
La CPM, sin embargo, elaboró una guía para ayudar a las sobrevivientes de violencia de género en situaciones de desastre y para que cada organización desarrolle su respectivo protocolo. Este documento incluye las definiciones de los distintos aspectos de la violencia, el procedimiento para crear una red de apoyo y cuáles son las cosas que se deben evitar cuando se tratan las emergencias.
Lee aquí: Indispensable protocolo de atención a víctimas de violencia en emergencias
“Nosotras necesitamos protocolos que tengan perspectiva de género para atender situaciones como estas en el país. Este (pedido) es un asunto serio porque son las vidas de las mujeres las que están en peligro aquí”, subrayó González Castro.
Albergues se mantendrán operando
Como en emergencias pasadas, y a pesar del pobre e inconsistente apoyo estatal, los albergues de sobrevivientes de violencia de género continuarán ofreciendo servicios.
La Casa Protegida Julia de Burgos, por ejemplo, ha tomado medidas de seguridad como la cancelación de talleres dentro del hogar, la suspensión de apoyo voluntario y la preparación de un cuarto de aislamiento para evitar la propagación del COVID-19 entre sus participantes.
Comoquiera, es indispensable el apoyo de las agencias gubernamentales para tener mayor acceso a productos de primera necesidad e higiene en momentos en que escasean y los precios han aumentado, alertó su directora ejecutiva, Coraly León Morales.
A las necesidades prácticas, se suma la complejidad del impacto en la salud mental.
“Cada una de estas crisis o emergencias que hemos vivido a nivel nacional han tenido un impacto adicional en las sobrevivientes, específicamente, en su estado emocional”, recalcó León Morales, quien asegura que el número de participantes aumenta durante emergencias.
Por tanto, el llamado es a recalcar que la orden ejecutiva y el toque de queda no suspenden los derechos de las mujeres sobrevivientes y en situaciones de violencia de género, y que las organizaciones se mantendrán alertas y dispuestas a ofrecer ayuda para que no tengan que vivir esta emergencia confinadas en un espacio con sus agresores.
Oficina de la Procuradora de las Mujeres mantiene línea de orientación
En la tarde del martes, la procuradora interina de mujeres, Madeline Bermúdez, informó mediante comunicado de prensa que, a pesar de su personal se encuentra trabajando de manera remoto, la Línea de Orientación Confidencial sigue en operaciones las 24 horas a través del (787) 722-2977. Añadió que los servicios de asesoría en casos de violencia, ayuda psicológica y servicios legales se continúan ofreciendo.
Anunció que no hay acceso al edificio de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres para atender casos presenciales, ni público en general, y que las actividades programadas hasta el 30 de marzo de 2020 quedaron canceladas.
Detalló, además, que se verificó el protocolo para las órdenes de protección con la Oficina de Administración de Tribunales (OAT) y el Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR). También, se emitió en el día de hoy una resolución para extender los términos y suspender las vistas administrativas pendientes durante el mes de marzo, así como también se les notificó a los oficiales examinadores de la OPM la cancelación de toda vista administrativa pendiente para este mes.
“Orientamos al personal de CRIAS, que trabaja la línea confidencial, que si alguna víctima necesitara una orden de protección se orienta si debe acudir a la Sala de Investigaciones de Primera Instancia de su región o al cuartel de la Policía más cercano”, señaló Bermúdez.
Del mismo modo, se informó que la nueva fecha límite para presentar las propuestas de los fondos STOP y SASP, será el 3 de abril. Las mismas podrán ser sometidas por correo al P.O. Box 11382 San Juan, PR 00910-1382 o electrónicamente a través de csantiago@mujer.pr.gov.
A continuación, información que puede ser útil para personas en situación de violencia durante el periodo de distanciamiento social:
- Hogar Nueva Mujer — Tienen una línea de orientación confidencial 24/7. Proveen servicios a sobrevivientes de violencia de género, agresión sexual y acecho. Cuentan con servicios de orientación, coordinación de servicios y referidos, intercesoría legal e intervención de crisis.
787-202-4634 / 787.263.6473 / 787.263.8980
24 HORAS — 939.255.9800 / 787.202.4634 - Red de Albergues de Violencia Doméstica de Puerto Rico, Inc. — La red continuarán ofrecido sus servicios como de costumbre en los siguientes espacios:
- Hogar Ruth — 787.883.1805 / 787.883.1884 / 787.792.6596
- Hogar la Piedad — 787.745.0750 / 787.746.0535 / 787.258.5162
- La Casa de Todos — 787.734.5511 / 787.734.3132 / 787.561.3678
- Casa de la Bondad — 787.852.7265 / 787.852.2087
- Casa Protegida Para Mujeres y Niños — 787.879.3300 / 787.880.2273 / 787.831.2272 / 24 HORAS — 787.597.2607
- Casa Protegida Julia de Burgos (San Juan) — 787.723.3500
- Casa Protegida Julia de Burgos (Ponce) — 787.284.4303
- Casa Protegida Julia de Burgos (Aguadilla) —787.891.2031
- Casa Protegida Julia de Burgos (24HORAS) — 787.548.5290 / 787.548.0415
- Taller Salud —Si estás pasando por una situación de violencia doméstica, violencia sexual y/o acecho durante el toque de queda por el coronavirus y eres residente de Loíza, Rio Grande, Fajardo, Luquillo, Carolina o Canóvanas, puedes comunicarte al 787.697.1120.
- Rama Judicial —Si usted o alguien conoce, necesita solicitar una orden de protección ante una situación de violencia de genero, puede acudir a la Sala de Investigaciones del Tribunal de Primera Instancia que ubique en su región o al cuartel de la Policía más cercano a su residencia. Desde allí, se comunicarán con un juez o jueza para que atienda su situación. *Recuerde que aunque los Tribunales estén bajos operación especial, se activa un sistema de jueces y juezas de turno a través de toda la isla para atender situaciones de emergencia*. Más información: www.ramajudicial.pr
- Casa Pensamiento de Mujer del Centro —Para consulta u orientación llame al: 787.686-2000 (Guayama) y 787.735.6698 (Aibonito).
- Oficina de la Procuradora de las Mujeres —Orientación confidencial: 787.722.2977
(Información de ayuda recopilada por la periodista Némesis Mora)