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Copa Solidaria apoya a personas menstruantes en la emergencia

Copa menstrual, la copa solidaria.Suministrada.

(Foto suministrada)

En una conversación, Suzette Álvarez y Yazeli Cruz se cuestionaron cómo las mujeres y personas menstruantes sin hogar conseguían artículos cada mes. En aquel entonces, ambas estudiantes universitarias decidieron unir esfuerzos para saciar esa necesidad, pero llegaron los huracanes Irma y María, en el 2017. Luego, la tierra tembló y el COVID-19 apareció. 

En estas emergencias se dieron cuenta de que no solo las personas sin techo necesitaban contar con artículos para la menstruación, y, por tanto, nació la iniciativa Copa Solidaria. Por medio de este proyecto, donan artículos y, sobre todo, educan sobre el uso de la copa menstrual como una práctica saludable. También, en cada intercambio, hablan sobre la importancia de conocer los cuerpos y rompen con mitos de este proceso natural.  

Por lo general, en las canastas básicas que se donan no hay o escasean las toallas sanitarias, copas menstruales y tampones, como si no fueran un artículo de primera necesidad. Con esta concepción en mente, los primeros pasos fueron llevar estos productos a las personas afectadas por los huracanes. Cruz se mudó a Estados Unidos, y Álvarez cuenta ahora con Héctor Torres para continuar con la idea. Colaboraron con la Caravana Violeta de Coordinadora Paz para la Mujer para repartir donaciones y material informativo sobre la copa. 

“Inicialmente, era para personas sin hogar, pero nos hemos ido transformando según el contexto que estamos enfrentando”, dijo Álvarez en referencia a que esta iniciativa continúo su ruta hacia el sur, para suplir a quienes carecían de los productos luego de los temblores, y, más tarde, tuvieron un “servicarro” ante la actual emergencia con el coronavirus.

“En situaciones de desastres, muchas veces, llegan alimentos, pero se queda rezagado lo que es relevante para la salud menstrual, así que nos propusimos cubrir esa necesidad en los campamentos y refugios (en los pueblos del sur), pero como habíamos recopilado bastante, teníamos inventario ante la situación del coronavirus”, explicó.

La dinámica de hace unas semanas consistió en que, a través de las redes sociales de Copa Solidaria, se anunció un “servicarro” y, para su sorpresa, en un fin de semana los productos se agotaron. 

Entre las conversaciones, Álvarez resaltó que las personas dijeron que no encontraban artículos desechables para la menstruación en supermercados y farmacias, y otras no tenían el dinero para la compra de los productos por su actual situación económica como consecuencia de que muchos trabajos están paralizados tras la orden de distanciamiento social que emitió la gobernadora Wanda Vázquez Garced. También, un grupo quería explorar la copa menstrual porque tenía el tiempo en su hogar. 

“Teníamos copas, kits con toallas, tampones, wipes, pastillas, tés. Se acabó el inventario. Se nos salió de control. Decidimos crear un form para saber las necesidades de la gente y nos llegaron 242 solicitudes. Hemos recibido donaciones, pero necesitamos más”, mencionó al reiterar que la copa es una de las mejores opciones porque, además de su efectividad, permite disminuir los gastos mensuales. 

¿Qué ha sido revelador de esta respuesta de la gente?

—El asunto de la cuarentena nos ha preocupado en muchos sentidos, principalmente, en lo que respecta a la violencia de género y el asunto de los recursos, porque muchos trabajos se ven afectados en términos de horas y en lo que se recibe económicamente. Es una alarma el asunto de cuánto tenemos que invertir, principalmente las mujeres y personas menstruantes, mensualmente, para poder cubrir esa necesidad. Fue revelador que había personas que exponían esta preocupación. Aunque lo veíamos venir, ver que, en efecto, hay personas con esa necesidad, es revelador. 

A Álvarez también le llama la atención cómo todavía hay que provocar espacios para hablar con naturalidad sobre la menstruación, por lo que el componente educativo es esencial en esta iniciativa. 

“Se mantiene esta visión que nos hace sentir incluso culpables por ser personas menstruantes, y que se nos vulnerabiliza a través de nuestra menstruación, en ocasiones, en nuestros espacios laborales. Con la reforma laboral, tenemos menos días para nuestra salud, cuando menstruamos una vez al mes. A muchas nos va bien, pero hay meses que no, y para otras personas implica un asunto de salud que interfiere con la cotidianidad. Me alarma que todavía no asumimos el tema como un asunto de salud”, reaccionó. 

Si desea apoyar al equipo de Copa Solidaria, puede hacer sus donaciones a través de ATH Móvil al (787) 388-7718 y en este enlace. Los gestores de la iniciativa planifican extender el programa de ayuda a la comunidad latina de Washington D.C.

Lee también: Violencia de género: la emergencia que el gobierno ignora

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