La organización antirracista Colectivo Ilé compartió un pronunciamiento y un manifiesto sobre la violencia sexual y de género que sufren las mujeres negras tras el Junte Internacional con Colectivo Ilé & VidaAfrolatina: afrosanación contra la violencia sexual.
El evento, celebrado el miércoles 18 de agosto, fue la clausura de los talleres sobre violencia sexual que Colectivo Ilé comenzó en marzo.
Colectivo Ilé apuesta a mantener una conversación sostenida que visibilice la violencia sexual que sobreviven las mujeres negras. La organización se mantiene denunciando y desarrollando proyectos en alianza con otras entidades nacionales e internacionales en pro de la eliminación de las violencias contra las mujeres negras.
El primer proceso, Violencia sexual: género y racialización, sirvió para sentar las bases entre el vínculo raza y género dentro de la violencia sexual. La salubrista y directora administrativa de Colectivo Ilé, Mayra Díaz Torres, facilitó la conversación en la que proveyó un robusto trasfondo histórico de la violencia sexual de la que han sido víctimas las mujeres negras.
Por su parte, Marina Martínez Cora, intérprete de lenguaje de señas, expuso sobre la Violencia sexual contra las mujeres negras sordas y otras violencias que sobrevive esta población marginada en Puerto Rico. Observó que agregar la variable raza develó un panorama pocas veces discutido sobre la comunidad de mujeres negras sordas puertorriqueñas.
Entretanto, L’Orangelis Thomas Negrón presentó una radiografía de las violencias de las que son objeto las mujeres negras con VIH+. Su taller Violencia sexual contra las mujeres VIH+ sirvió, además, de clase magistral de aprendizaje y desaprendizaje sobre los mitos que aún permean sobre el VIH.
A la jornada de talleres, se sumó Eso también es violencia: desmitificando las femineidades en las comunidades trans, cofacilitado por Ínaru de la Fuente Díaz y Teresa Karolina Cruz. En el espacio, lxs recursxs proveyeron información valiosa para problematizar los procesos de socialización que enfrentan las mujeres trans y trans femme racializadas como negras.
Las miembras de Colectivo Ilé Cristina Carrasquillo Rivera y Angellie González Jorge dirigieron el Taller contra la violencia sexual: raza, género y diversidad funcional/motora. Este proceso proporcionó el estado de situación de las mujeres con diversidad motora y sumó a la violencia sexual las violencias institucionales que estas sobreviven cotidianamente.
Uno de los logros que celebra Colectivo Ilé es la redacción de un pronunciamiento colectivo sobre la violencia sexual/género.
Pronunciamiento Colectivo Ilé sobre la violencia sexual/género
Con este pronunciamiento, afianzamos nuestro trabajo colectivo y nuestras luchas antirracistas y decoloniales. A su vez, visibilizamos las intersecciones de raza y género en el tema de la violencia sexual y de género, para tender puentes con otras organizaciones puertorriqueñas, afrocaribeñas, afrolatinoamericanas y afrolatinas.
Como colectivo antirracista y decolonial, reclamamos que se reconozcan:
- las historias de violencia sobrevividas por las cuerpas negras, desde la esclavización, el trabajo forzado, la explotación sexual que continúa teniendo efectos en generaciones actuales y venideras
- las inequidades en el acceso a servicios de salud
- la prejuiciada falta de atención a nuestros reclamos de agresión
- la violenta hipersexualización de las cuerpas negras
- la decolonización de las cuerpas negras
- la escasa visibilización en el vínculo entre raza, género y la violencia sexual en el Puerto Rico patriarcal
- el racismo cultural que contribuye a normalizar y perpetuar el hostigamiento hacia las cuerpas negras
- la visibilización de la variable raza en la conversación y atención de la violencia sexual de las que son víctimas mujeres, niñas y cuerpas feminizadas puertorriqueñas negras y afrodescendientes
- la necesidad de transformar los espacios organizativos de justicia social y comunitaria de modo que sean accesibles para cuerpes diverses logrando una integración de sus voces y reclamos
Ratificamos nuestra identidad y el orgullo de ser mujeres afrodescendientes, fuertes y poderosas. Nos declaramos dueñas de nuestras cuerpas, rechazamos los estereotipos que nos reduzcan a objetos indignos y deshumanizados y las imposiciones sociales que limitan nuestro ser y nuestras posibilidades. Honramos a las que vinieron antes de nosotras y nos comprometemos con las que vendrán después. Somos tierra fértil que cosecha los frutos de nuestra revolución. Somos brújula y senda para la sanación y liberación de nuestras hijas.
Asimismo, el Junte sirvió para leer una Manifiesta, escrita por González-Jorge, en la que se exige la inclusión de las experiencias de las mujeres negras, mujeres negras VIH+, mujeres negras trans y trans femme, mujeres negras sordas y mujeres negras con dificultades motoras en los reclamos antirracistas y feministas de Puerto Rico.
La Manifiesta
Somos nosotras, nosotres.
Convocadas por la urgencia de conversar y accionar en torno a las violencias que sufrimos a
consecuencia del racismo antinegro, específicamente la violencia sexual; para unir fuerzas,
tender puentes, colectividad y poderío hacia el mundo en el que queremos vivir.
Anhelando sanación individual y colectiva desde el antirracismo, la decolonialidad y la
diversidad y demandando visibilidad, dignidad, equidad, humanidad.
Reconociendo y validando las realidades alarmantes que sufrimos, han sufrido y sufren nuestras
compañeras y hermanas a causa de la violencia sexual y sus manifestaciones.
Nos reafirmamos como:
Mujeres negras y afrodescendientes, trans negras y negres femme. Negras sordas+. Negras viviendo con VIH. Negras con diversidad funcional.
Negras. Negres. Afrodescendientes.
Honrando y anclándonos en la fortaleza, la alegría, la bravura y la sabiduría de nuestras ancestras: Betsey, Anarcha, Lucy y Saartije Baartman, víctimas de crueles experimentaciones por hombres médicos blancos.
Marsha P. Johnson, mujer trans negra puertorriqueña, activista por los derechos de las personas de la comunidad LGBTT.
La comunidad ancestral que luchó para que se desarrollaran medicamentos para el VIH.
Belén…
y tantas otras…
Desde este presente racista, patriarcal, capacitista, misógino, xenófobo, transmisógino,
Denunciamos que:
Como mujeres negras: nos arrebatan nuestra dignidad, nos hipersexualizan, nos hostigan, nos tratan como desechables, como servidumbre. Se atreven a responsabilizarnos por las violencias y violaciones que sufrimos.
Como mujeres negras sordas+: intentan “arreglarnos”, juran que queremos escuchar, sin tomarnos en cuenta, sin preguntarnos. Insisten en que utilicemos la lengua de señas norteamericana, esa de los colonizadores, echando a un lado nuestra hermosa lengua de señas puertorriqueña y la lengua de señas del pueblo de Orocovis. No somos salvajes, somos Sordas que nos defendemos ante la perspectiva patriarcal, patológica y paternalista.
Como mujeres negras viviendo con VIH: NO somos portadoras, ni pacientes, ni enfermas. Estos términos perpetúan estigmas hacia nuestra población. Sufrimos violencia a causa del VIH y la propia violencia nos lleva al VIH.
Como personas femme: los asesinatos de mujeres trans negras continúan aumentando de manera significativa. La sociedad insiste en rechazar la idea de que existen otres cuerpes, que hay un mundo más allá de posibilidades. Nuestras cuerpas feminizadas y racializadas siempre quieren ser acabadas, por un sistema represor creado por el opresor. Existimos. Desafiamos la tradición, la represión, la invisibilización y la exclusión con nuestra transición física, mental, emocional y espiritual. Nuestras vidas son transformación y nuestro amor sanación.
Como mujeres con diversidad funcional y diversidad motora: nos degradan con sus adjetivos históricamente utilizados para referirse a nosotras como discapacitadas, minusválidas, impedidas. Nos exigen o esperan alguna actividad sexual a cambio de ayuda, se aprovechan de nuestra debilidad física. Asumen que no tenemos deseo sexual y nos privan de educación sexual y reproductiva.
La violencia sexual en Puerto Rico tiene cara y cuerpa de mujer, negra, trans, sorda, con VIH+, con diversidad funcional. Sin embargo, la inexistencia de estadísticas certeras, confiables y detalladas, la omisión de la variable raza, así como la de diversidad funcional en registros oficiales del Estado nos aleja de manera abismal de las verdaderas condiciones de las mujeres, niñas y trans femme visiblemente negras en nuestro archipiélago.
La violencia sexual contra nosotras es por parte de nuestras parejas y miembros de la familia, nuestros cuidadores, proveedores de atención médica y sus asistentes, la Iglesia…
No obstante, por falta de conocimiento, de acceso a educación sexual integral, no la reconocemos como tal y no la denunciamos; o no nos creen, o no hay un intérprete cualificado que pueda hacerles entender; o no nos atrevemos a denunciarle porque dependemos de esa persona para nuestros cuidados básicos; o incluso, las agencias y organizaciones a donde podríamos dirigirnos para denunciar y solicitar ayuda, nos impiden el acceso con sus barreras arquitectónicas.
Reclamamos
Al gobierno,
A senadoras, representantes…
Al personal de instituciones médicas, A colectivos y organizaciones de base política, antirracista y feminista A nuestras compañeras y compañeres feministas,
A nuestras familias y comunidades:
Que las mujeres negras sordas+ amamos nuestra identidad, la historia, cultura y lenguaje de nuestras comunidades. Nuestras cuerpas, nuestras manos, nuestra fuerza son capaces de comunicar perfecta y potencialmente… Mírennos a los ojos. Pregúntennos cuáles son NUESTRAS necesidades individuales y comunitarias. Intégrennos.
Que se investiguen y se reconozcan nuestras lenguas de señas y se oficialice nuestra identidad de personas sordas como una comunidad en minoría lingüística.
¿Dónde están los servicios de apoyo a mujeres que viven con VIH que han sufrido violencia? Luego de preguntar si estamos activas sexualmente, la pregunta que debería seguir es si fue consentido o no. Hablemos de menstruación. Hablemos de la lactancia humana. Somos el territorio de Estados Unidos donde más fondos federales son asignados para nuestra población. ¿A los bolsillos de quiénes van a parar?
Es urgente que las personas que nos brindan servicios y atenciones médicas y sociales humanicen sus tratos. Hace falta sensibilidad y compromiso hacia nuestras diversidades y particularidades.
Es urgente contar NUESTRAS historias. Que se centren las voces de las mujeres negras y afrodescendientes. Desarrollar ejes de acción concretos para procurar espacios sociales justos y dignos que propendan a la afrosanación y afroreparación, para nosotres.
Es urgente la perspectiva de género, una que sea implantada en el currículo escolar, pero que no se limite a ese espacio, es preciso destruir el sistema patriarcal desde todos los frentes. Es urgente que en el desarrollo de programas y políticas públicas, se nos tome en cuenta, que sean culturalmente apropiados a cada una de las poblaciones vulnerabilizadas. Que se asegure el cumplimiento de las leyes existentes, y que se enmienden aquellas que no responden a nuestras realidades y reproducen el racismo institucional.
Es urgente que existan redes de apoyo, de comprensión, de transformación y emancipación. Redes contestatarias a la necesidad de romper con las cadenas capacitistas, racistas y capitalistas que dictan cómo deben ser las cuerpas y cuánto valen y/o deben producir. Redes que se centren en nosotras, como la espina dorsal de la transformación social a la que históricamente hemos respondido.
Como hemos dicho, Somos nosotras, nosotres. Uniendo nuestros reclamos, nuestro poderío y nuestras esperanzas. Comprometidas a transformar el hoy en un presente colectivx, antirracista y decolonial, intencionando y accionando hacia la afrosanación y afroliberación de quienes estamos hoy y quienes vendrán después.