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Activista dialoga sobre la fluidez como identidad de género

Ignacio G. Hutía Xeiti Rivera taller Nosotres, todes: la fluidez como identidad de género, en el Centro Universitario de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, el 13 de noviembre de 2019

(Foto por Alejandra Lara Infante)

Hasta los 38 años, a Ignacio G. Hutía Xeiti Rivera le conocían como Ingrid. Al nacer, le fue asignado el género femenino. Hoy, le activista se identifica como una persona de identidad fluida y prefiere que le llamen por el pronombre elle.

“Las personas dictan mi género -yo prefiero elle- y no saben cómo nombrarme”, expuso el miércoles durante el taller Nosotres, todes: la fluidez como identidad de género, en el Centro Universitario de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Allí, contó cómo fue su proceso de reconocimiento y autoexploración antes de descubrir su identidad. Para aquel entonces, cuando se identificaba como mujer, expresaba su masculinidad a través de su vestimenta.

Le escritore explicó qué significa la identidad fluida y las implicaciones sociales que conlleva ser una persona con una identidad no fija.

“La persona de género fluido, a menudo, expresa su deseo de permanecer flexible sobre su identidad de género, en lugar de comprometerse con una sola definición. Puede fluctuar entre diferentes expresiones de género a lo largo de su vida o expresar múltiples aspectos de varios marcadores de género al mismo tiempo”, expuso quien lleva 20 años de activismo en múltiples frentes, como justicia económica, trabajo antirracista y antiviolencia, Movimiento Mujercitas y LGBTTIQA+.

En una sociedad heteronormativa, la identidad de género está orientada al binarismo: el par masculino-femenino. Esta interpretación da por sentado que solo existen dos géneros legítimos, excluyendo así a las personas de identidad fluida. Pareciera como si las personas no pudieran ser hombre y mujer al mismo tiempo.

La identidad binaria se reafirmó con el discurso médico dominante. Cuando nace un bebé, se le asigna un sexo dependiendo de sus genitales, estableciendo una relación supuestamente “objetiva” entre la anatomía (pene o vagina) y el género (femenino y masculino). Sin embargo, sexo y género no son equivalentes.

Cuando Ignacio empezó con el tratamiento de testosterona para cambiar su aspecto físico, decidió disminuir la dosis porque consideraba que se veía muy masculino, y no representaba lo que sentía.

“Quería verme andrógino”, aseguró.

El término andrógino se refiere a una persona que no se ve reflejada en el género masculino ni femenino, y cuenta con características físicas que se consideran ambiguas, por no estar definidas dentro de los parámetros establecidos.

“¿Por qué estamos preocupados por el género cuando hay personas pasando hambre, sin hogar, estamos enfrentando procesos migratorios y tenemos un presidente de mierda. Esto es bien importante porque es un asunto de derechos y de derechos humanos”, cuestionó le educadore.

Desde 2018, las personas trans en Puerto Rico pueden cambiarse el género en los certificados de nacimientos, luego que el Tribunal de Estados Unidos en Puerto Rico ordenara a los funcionarios del gobierno local permitir este tipo de corrección. No obstante, esta nueva normativa solo reconoce como identidad de género la clasificaciones de hombre y mujer.

En la terminología de los Estudios del Género, hay un concepto que se conoce como la atribución del género. Este hace referencia a cómo el género es percibido por otros. La gente tiende a nombrar a las personas por cómo se ven sin preguntar con qué identidad de género se identifican, enfatizó le también sanadore sexual.

Definiciones de género
A pesar de la invisibilidad que experimentan las personas de género fluido, Ignacio expresó que “estoy muy contento de cómo estamos cuestionando el género. Cuando yo era menor nada de eso estaba ahí”. Asimismo, hizo un llamado a practicar la solidaridad con las personas de género fluido, y no cuestionar la validez de la identidad.

El conversatorio convocado por el Programa de Estudios de la Mujer y el Género de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Cooperativa Brújula y Circuito Queer finalizó con un cortometraje producido por Ignacio, en 2005, en el que mostró sus transformaciones físicas cuando devenía entre hombre y mujer, y la primera vez que habló con sus padres sobre su cambio de nombre.

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