(Fotos de la ceremonia de recibimiento
de la primavera por Ana María Abruña Reyes)
Mujeres de todas las edades, ocupaciones y saberes coinciden semanalmente entre ejercicios y abrazos solidarios. El punto de encuentro es un pedazo de playa en calma, resguardado por un arrecife que lo aparta de las embravecidas olas del mar abierto.
Sanación es la palabra que utiliza la activista Hilda Guerrero para describir el espacio que comparte junto a las Acuaeróbicas, en Piñones. El grupo ya cumple 12 años de creación.
“Un día bello, nos vemos en la playa. Recuerden llegar temprano para conseguir estacionamiento”, lee el mensaje que Hilda suele enviar cada jueves y sábado, si es que el día está soleado.
Aunque no le gusta que la llamen maestra, lo cierto es que, cuando ella llega, comienza la jornada de ejercicios. “Vamos, chicas. Hay que calentar los músculos”, es el llamado a iniciar lo que será una mañana intensa.
Y así comienzan las jornadas para el grupo que acude a la sagrada cita, en la que toman el sol, se ejercitan y confraternizan unas con otras. Una vez dentro del mar, las acuaeróbicas se ubican alrededor de Hilda, quien rápidamente comienza a impartir instrucciones. “Levanten los brazos como si quisieran tocar el cielo…Inhala, exhala…pongan las piernas como Alicia Alonso…”, son algunas de sus indicaciones.
Casi sin notarlo, pasa más de una hora. Al final, las mujeres se toman de la mano y forman un círculo de intenciones.
“Para mí, las intenciones significan sanación. Pero, no es solo para el colectivo, yo también sano. Yo también estoy en un proceso de reconocer mis errores y este es un espacio de sanación, colectiva e individual”, comentó Guerrero a Todas.
No obstante, el espacio resguardado para los ejercicios también se abre para otro tipo de actividades.
“Celebramos la llegada de la primavera, el otoño, el invierno y el verano. Lo hacemos para conectar con la tierra, la naturaleza y con la playa. También, hemos honrado la memoria de otras mujeres luchadoras como la memoria de (la activista hondureña) Berta Cáceres”, dijo.
“También, hemos invitado a parteras de y fuera de Puerto Rico para compartir la bendición de camino, ceremonia para las mujeres que están preñadas. Se invitan mujeres, aunque no sean acuaeróbicas o de las mujeres que abrazan la mar. Les hacemos la bendición de camino para acompañarlas en este proceso tan importante que es el parto. Nosotras estamos aquí abiertas para gente, que aunque no participe con nosotras, desea que la acompañemos en ese proceso, pues en lo que necesiten”, explicó.
El grupo de las acuaeróbicas de Piñones inició en 2007, cuando Tati Friedman, una activista residente en Loíza, le hizo el acercamiento a Guerrero.
“Aquí no había muchas actividades para la comunidad y la invitación vino para que iniciáramos como parte de la jornada Adolfina Villanueva, en el 2007. Siempre tenemos presente a Adolfina Villanueva porque llegamos aquí honrando su memoria y su lucha”, recordó la fundadora de las Mujeres que Abrazan la Mar.
Para ese entonces, la comunidad daba la lucha contra el desarrollo de un proyecto turístico y residencial que llevaría el nombre de Costa Serena a lo largo de una franja de terreno entre el bosque de mangle y la carretera PR-187, en el área de Monte Grande y Vacía Talega en Piñones. Las mujeres ocuparon el espacio como una forma de resistencia contra la privatización y con la conciencia de que las playas son de todas las personas.
Por 22 años, se han honrado a las mujeres que han luchado antes y se han apoyado distintas causas.
“Desde aquí, apoyamos a Haití luego del terremoto. Participamos enviando dinero para apoyar la creación de una comunidad cooperativa a un espacio que se llama Las Caobas, en el centro de Haití. El centro comunitario de esa comunidad se construyó con dinero sacado de este espacio. Desde acá, también apoyamos la excarcelación de Oscar López Rivera”, recordó Guerrero.
“Nosotras apoyamos al Colegio de Abogados en su lucha contra la eliminación de la colegiación compulsoria. También, apoyamos la campaña por el derecho a la fianza, los proyectos contra la privatización, marchamos contra la Junta de Control Fiscal, marchamos con las mujeres el 8 de marzo. Nosotras estamos involucradas en proyectos de lucha, de resistencia y de solidaridad. No es simplemente es que llegamos aquí para ejercitarnos. Ejercitamos el cuerpo, la mente y el espíritu”, sostuvo.
Así, la pocita es un espacio de autocuidados y salud, sí, pero también de resistencia y solidaridad.