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En huelga la unión del Fondo por la precariedad de los servicios y condiciones laborales

Huelga de la Unión de Empleados de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado

Fotos por Laura M. Quintero

El amarillo intenso de las camisetas resalta desde la carretera concurrida PR-2. Las trabajadoras, que las llevan puestas, montan guardia frente al edificio de gobierno. Han colocado sus sillas de playa como estacas, en la acera. Otros empleados, de pie, se protegen de la radiación solar con sombrillas. Los vehículos, que pasan cerca, siguen su tránsito usual, pero la protesta consiste en hacer lo contrario: parar.

Más de medio centenar de trabajadoras y trabajadores de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE), en Bayamón, se manifestaban este martes, por séptimo día consecutivo, en contra de las políticas de austeridad, que han mermado los servicios y recursos en el lugar de trabajo. El mismo escenario se repite en las otras localidades de la corporación pública en Puerto Rico.

Este grupo trabajador pide que el administrador, Jesús Rodríguez Rosa, llene las plazas vacantes, fortalezca la oferta del servicio y cumpla su promesa de revisar el plan de clasificación para otorgar el primer alza salarial en nueve años a quienes han enfrentado, desde 2014, recortes a los derechos adquiridos por medio de los convenios colectivos negociados. El administrador anunció, hace un año, que otorgaría un aumento de $800, pero todavía no lo ha hecho.

Todas visitó, el lunes, el campamento de Bayamón, el cual la Unión de Empleados de la CFSE ha mantenido durante las 24 horas del día, desde el miércoles, 3 de mayo. Los unionados se han dividido en tres turnos, para poder permanecer allí, explicó una portavoz.

Pausan, para intentar un cambio de dirección. Pausan a pesar de las incomodidades.

“Desde el miércoles hasta hoy, no ha habido (acceso al) baño ni a la cocina”, advierte Marisol Mojica, quien sostiene el micrófono. Viste mameluco de mahón y camisilla, y usa pamela y gafas, para protegerse del sol.

Ni el calentamiento global ni el polvo del Sahara impide la protesta.

“Cuando ves tantos compañeros en la calle, es porque esto viene de un cúmulo de sucesos que han venido acumulándose, como echándole agua al vaso”, observa José Marzán, miembro del comité de querellas de la UECFSE.

Mojica, portavoz de la UECFSE y trabajadora social, intenta impartir ánimo, pero también dirección. Pide abrir el paso a las personas lesionadas que procuran los servicios del fondo y se acercan en carro. Les dice: “Esto también es para ustedes”. Les orienta que se supone que la administración les atienda. Eso es lo que estipula el reglamento, explica a Todas Giovanni Olmeda, vocal del sindicato.

“Estamos aquí, (protestando), porque el servicio se está viendo afectado. Se dan terapias al paciente, pero rapidito se le da de alta y separan el dinero de los pacientes y los servicios para otras cosas. El Fondo del Seguro del Estado es la gallinita de los huevos de oro: hay superávit, pero se quedan con los fondos, en lugar de invertir en los servicios. Sabemos que es un plan orquestado para privatizar”, denunció Mojica.

Dan las 10:40 a.m. El sol de este verano prematuro de mayo está candente. Las manifestantes, ubicadas bajo la sombra, saltan de sus sillas al estallar una repentina peste a heces, mientras limpian el baño portátil en plena calle. Quizás, no hay mejor alegoría para describir lo que están soportando en el ambiente laboral gubernamental desde hace una década.

“Emocionalmente, es bien fuerte. En mi caso, tengo que llamar a los proveedores y me dicen que no van a dar el servicio o las medicinas porque la corporación no les está pagando. Entonces, una es la que da la cara al paciente y le explica que no va a recibir las medicinas o el servicio”, menciona la secretaria de dirección médica y empleada de la CFSE hace 27 años, Marelis Rosado.

“El servicio está afectado por la misma administración que es la que aguanta los pagos. La gente se cansa. Dice: ‘el fondo no funciona’ y se van, pero no son los empleados”, resume.

El detrimento ha acelerado en los últimos seis años, testificaron.

“¡Ay, mi amor!”, contesta la asistente de terapia física, Marta Moraza, cuando Todas le aborda sobre cómo se ha visto afectada su área de trabajo. Lo exclama como diciendo: ¡¿por dónde empiezo?! Entonces, expresa: “Ya son varios años de compañeros retirándose, sin que llenen esas plazas. En terapia física, éramos 19. Ahora, somos cinco: tres terapistas y dos asistentes. Estamos sin supervisor. Necesitamos un supervisor gerencial”.

Moraza explica que si un paciente necesita muletas, el asistente de médico “no le puede dar el servicio porque no tiene el conocimiento”. Tampoco tienen preparación o licencia en terapia física, como exige el manual de procedimientos de la CFSE y el manual de la Asociación de Terapia Física, indica.

“Son puestos que se inventaron para tratar de llenar los puestos de médicos. Pero, no tienen reválida. Se hizo para tratar de subsanar la falta de personal, pero no funciona porque la asistente puede coordinar la cita, pero no puede dar el tratamiento ni equipo asistido”, detalla.

Veracruz Rivera, secretaria médico legal y empleada de la CFSE hace 34 años, explica que el Área de Control Médico, que procesa las apelaciones y ausencias de las personas lesionadas, no tienen sala como la solían tener hace seis años.

“Si vienen tres a cuatro pacientes, los tenemos que atender de pie en el pasillo”, dice.
El cambio surgió luego que cerraron las oficinas del nivel central. “Estamos en hacinamiento”, denuncia.

La mujer, quien se pudiera jubilar el próximo año, agrega: “Llevamos mucho tiempo dando servicios precarios. No estamos dando un servicio como los lesionados y patronos que pagan se merecen. Nos están debilitando para privatizarnos. Ya se privatizó la farmacia. Estamos enviando los pacientes que llegan aquí, con muleta o con silla de rueda, a Ecopharma, cuando antes salían de aquí con sus medicinas”.

Todas pidió también la reacción del administrador Jesús Rodríguez Rosa, pero al momento de publicación la administración de la CFSE no había respondido.

Este medio confirmó que las negociaciones entre la administración y la UECFSE comenzaron, este lunes, con la mediación del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH). La vicepresidenta de la UECFSE, María León Lebron, comentó a Todas que no puede ofrecer detalles sobre las discusiones de la negociación, ya que la mediadora del DTRH les exigió “ley de mordaza” como parte de los acuerdos.

“Estamos positivos y esperanzados de que culmine con un final feliz y de acuerdo a las exigencias que le hemos hecho”, fue lo único que dijo León Lebrón. Describió también como positivo el ambiente propiciado por la mediadora, Madeline Meliá.

En las negociaciones, participa la presidenta de la UECFSE, María Medina Domenech, quien es la tercera mujer en presidir el sindicato. Fue electa en asamblea en agosto pasado. Carmen López Sabatel fue la primera presidenta mujer, entre 2000 a 2008; y, en diciembre de 2019, Lizbeth Mercado asumió la presidencia tras el asesinato de Francisco “Kiko” Reyes, quien murió trágicamente a causa de una balacera mientras transitaba las carreteras del país.

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