(Suministrada)
La historia de Sola me gusto es primero una historia de amistad espontánea, de esas que se consiguen con cada vez menos frecuencia en la adultez, cuando los intereses personales ya están bastante definidos y, quizás por eso, las coincidencias con los gustos y experiencias de la otra persona te asombran más.
Larissa Pagán, con 22 años, desde Puerto Rico, buscaba un piso donde vivir para cuando comenzara su máster en Género y Comunicación en Barcelona. En Facebook, dio con el teléfono de Nazareth Dos Santos, una ilustradora, y se llamaron por Skype.
“Loca, yo no sé qué pasó, pero te juro que desde la primera llamada, como que hicimos click”, así lo empieza a contar Larissa.
“Sin conocerla, me mudé con ella. Algaro. Pero, desde la primera vez, nos hicimos súper amigas”, continúa mientras Nazareth escucha al otro lado de la línea y se ríe.
La complicidad es evidente, aunque para esta entrevista ninguna está en el mismo espacio. Larissa ahora vive en Arizona y Nazareth permanece en Barcelona.
“Creo que nos vino muy bien coincidir en ese momento de nuestras vidas”, comenta Nazareth.
Para el tiempo en que comenzaron su convivencia, Nazareth estaba formándose para ser ilustradora erótica. Dedicaba sus tardes a ver vídeos en YouTube sobre el tema y Larissa, como no tenía otras amistades en la ciudad a la que recién llegaba, la acompañaba.
Las conversaciones que fueron desarrollándose, tras cada tanda, dieron paso a la confianza que fortaleció su amistad. Y así, un día, Larissa le contó a Nazareth que se había masturbado por primera vez a los 21 años, apenas un año antes. Nazareth le respondió que ella no lo había hecho hasta los 23. Entonces, tenía 24.
“Whaaaaat?”, es la expresión que usa Larissa para describir su reacción a ese momento al que le siguieron un montón de preguntas de parte y parte”
“‘¿Las mujeres se masturban?’ ‘¿Esto es algo que pasa?’ Nos empezamos a dar cuenta de que nunca lo habíamos escuchado en ningún lugar. Con nuestras amigas, nunca lo habíamos hablado, y tampoco la masturbación se ve representada en la televisión, en las películas ni en las canciones; en ningún lugar”, sostiene.
El surgimiento del proyecto
Larissa, como parte de su máster, tenía que realizar un proyecto final relacionado con género y comunicación. La conversación que tuvieron aquel día dio paso a investigaciones para contestar las preguntas que tenían, y luego a la idea:
“Si yo escribo un libro, ¿tú me lo ilustras?”, le preguntó Larissa a Nazareth.
Entre las dos, se propusieron hacer entrevistas. Quedaban con mujeres en lugares públicos y estas les contaban sobre cómo les gustaba tocarse y cómo habían sido sus experiencias de autoplacer.
¿Haz recibido por parte de un adulto o en la escuela algún tipo de educación sobre sexualidad femenina? ¿Cuándo fue la primera vez que te masturbaste y cómo te sentiste? ¿Crees que tocarte te ha ayudado a conocerte de alguna manera? ¿Tienes algún consejo que puedas darnos para llegar al orgasmo?
Fueron solo estas cuatro preguntas las que dieron paso a largas conversaciones en las que la mayoría coincidió en que no habían recibido educación sexual o la que habían recibido era insuficiente. Las intersecciones de raza, situación de migración, orientación sexual y la cultura se manifestaron en las explicaciones que cada una dio.
“Lo que queríamos conseguir con el proyecto, que era normalizar la masturbación femenina e, incluso, hablar de ella en lugares públicos, lo estábamos haciendo desde el principio del proyecto”, recuerda Nazareth.
“Te comienzas a dar cuenta de otro tipo de presiones sociales que van muy ligadas a lo que es tu autoconocimiento y tu autoplacer”, abunda Larissa.
El proyecto les tomó nueve meses de duro trabajo. Para darle un empujón al libro antes de que fuera público, abrieron sus redes sociales y lanzaron el día de San Valentín de 2018, su vídeo Me masturbo sola en San Valentín.
Un año más tarde, el 14 de febrero de 2019, lanzaron su diaria ilustrada sobre la masturbación femenina, titulada Sola Me Gusto, me escucho, me veo, me huelo y sola me toco.
Son 149 páginas entre las que se cuentan 14 historias de mujeres de diferentes partes del mundo. Fueron seleccionadas de más de 60 entrevistas.
Dos amigas con muchas preguntas
A más de dos años del embarque, Larissa y Nazareth reniegan del calificativo de “expertas”. Más allá del libro, mantienen en sus redes una conversación honesta con miles de seguidores, la mayor parte, mujeres más o menos de su edad.
Se proyectan como dos jóvenes amigas con preguntas similares a las que puede tener cualquier otra persona que las siga. No queda de lado, sin embargo, un trabajo profesional de investigación de Larissa, como comunicadora, y de Nazareth, como diseñadora. Ambas tienen muy clara la importancia de utilizar un lenguaje de inclusión, que practican desde el feminismo racializado y la diversidad LGBTTIQ+.
En Instagram, la combinación de ilustraciones y colores, el tipo de letra y los copies, provocan conversaciones que fácilmente se vuelven virales. En el transcurso del tiempo, entre agradecimientos de sus seguidoras y preguntas básicas sobre la masturbación, confirmaron la necesidad de hablar públicamente del tema.
“Nadie se atrevía (a hablar de masturbación femenina). Al nosotras exponernos y, literalmente, desnudarnos, nos hemos deconstruido. Nos ha ayudado a querernos y a apreciarnos. De ahí, es que viene el vínculo de la sexualidad femenina con el amor propio, porque sentimos que no se pueden separar”, establece Larissa.
“Yo creo que, por eso, el proyecto tiene mucho gancho, porque nos mostramos como lo que somos: amigas que hablamos con otras mujeres para abordar el tema de la forma más natural posible”, agrega Nazareth.
Sola me gusto se junta con Todas
A partir de esta semana, Sola me gusto tendrá a su cargo la nueva sección de sexualidad del medio digital de periodismo feminista Todas, en todaspr.com.
Convencidas de la necesidad de ampliar la conversación en Puerto Rico sobre la educación sexual, con perspectiva de género y reivindicar el amor propio de las mujeres estarán publicando contenido mensualmente.
“Hay que buscar medios para comenzar a militar, a educar y a construir desde las redes espacios seguros, feministas y militantes. Tenemos que formarnos nosotras mismas”, justificó Larissa el acercamiento al medio periodismo feminista y solidario de Puerto Rico.
Ambas compartirán parte de sus investigaciones, anécdotas y conocimientos para que otras personas experimenten la sexualidad desde otro punto de vista.
“Como a nosotras nos la suda todo y somos muy explícitas, lo contamos todo”, puntualiza Larissa.