Columnas
Maestras: la pobreza arrastra nuevamente a las mujeres
Desde niña, jugaba a ser maestra. Recuerdo que alineaba a mis muñecas y peluches y, con una pizarra que mami me había regalado, impartía mis
Desde niña, jugaba a ser maestra. Recuerdo que alineaba a mis muñecas y peluches y, con una pizarra que mami me había regalado, impartía mis